A ellos que ya están en el camino de su profesión soñada el proyecto de la facultad de Medicina para la Universitat de les Illes Balears ya es algo muy lejano y de lo que no se podrán aprovechar. Los mallorquines exiliados exponen sus opiniones.

Cecilia la apoyaría "si realmente está bien organizada y si hay buenos profesores, pero para hacerla mal...". Para Antonio es "una buena idea, pues significará que más gente podrá estudiar en España", pero Francesc relativiza el impacto de una sola facultad que tampoco supondrá un aumento espectacular de plazas: "Las notas de corte no bajarán mucho", augura. Lluís lo ve desde el lado positivo también al decir que "está muy bien porque habrá más plazas" y al asegurar que si él hubiera tenido la opción de estudiar aquí lo hubiera hecho (aunque Budapest le encante: "Ha sido una sorpresa", asegura).

Los cuatro ponen sobre la mesa la contradicción entre las dificultades que tienen los españoles para estudiar medicina cuando en el país faltan médicos. Cabe recordar que el 25% de los médicos internos residentes (MIR) en las islas son extranjeros. Cecilia apunta que muchos son sudamericanos y se plantea: "¿Ellos qué notas tuvieron? Quizás lo han tenido más fácil".

Un total de 30 españoles se preparan en el Pre Medical en Hungría, más los que ya están en cursos más avanzados (una mallorquina que está en cuarto se supone que es la pionera isleña de este éxodo). ¿Volverán estos españoles a ejercer a su país? Lluís, Antonio, Cecilia y Francesc todavía no lo saben. Pero como dice ella "una vez que has salido, ya tienes ganas de conocer más...".