Desgraciadamente no todos los residuos son reciclables, por ello, hay que buscar otras alternativas para tratar los desechos de rechazo. La normativa marca que se debe priorizar la recuperación energética frente al vertido. Ello es posible con la ampliación de la incineradora de Son Reus con dos nuevas líneas, que funcionan en periodo de pruebas desde el año pasado y que se inaugurarán a lo largo de este semestre. Mallorca ha apostado por un modelo de gestión que contempla los residuos como recursos y que son valorizados material o energéticamente. Como consecuencia, ningún residuo se destina al vertedero y se logra el tan deseado objetivo "vertido cero".

La construcción de las dos nuevas líneas de la planta incineradora con recuperación de energía empezó en octubre de 2007 con un presupuesto de 276.629.685 euros. Esta nueva instalación tiene la capacidad de tratar 430.000 toneladas, que sumadas a las 300.000 de las líneas 1 y 2, el volumen total de gestión es de unas 700.000 toneladas anuales. Utiliza tecnologías de última generación tanto en la combustión de los residuos como en la limpieza de los gases resultantes, además se garantiza el cumplimiento de las directrices comunitarias respeto a las emisiones atmosféricas. El responsable del departamento de Relaciones Institucionales y Comunicación de Tirme, Joan Mateu, explica que la diferencia básica entre las líneas antiguas y las nuevas es el horno. Las primeras estaban diseñadas para quemar residuos urbanos, en cambio, las modernas instalaciones permiten tratar distintos flujos de desechos: residuos urbanos, voluminosos, los rechazos de la construcción , neumáticos... "Esta planta permite dar un servicio más amplio que las líneas 1 y 2", resalta. Está diseñada para trabajar 8.000 horas anuales.

El rendimiento energético es otra de las principales características de esta nueva infraestructura porque la capacidad eléctrica de las dos nuevas líneas es un 60% mayor que la primera planta ya que generarán 675.000 kilovatios hora diarios, así la capacidad total de incineración de residuos será de 1.125.000 kilovatios hora al día. La instalación ha sido diseñada para obtener el mayor rendimiento energético posible generando más kilovatios por tonelada de residuos, evitando de esta manera el uso de combustible fósil más caro y contaminante. Toda la energía generada en Son Reus se exporta a la red eléctrica de la isla, eso sí, parte de la energía producida se destina al autoconsumo de la planta. La conversión de los residuos en recursos eléctricos permitirá suministrar a 67.000 viviendas, es decir, a 200.000 habitantes.

El modelo de gestión de residuos de la isla, remarca Mateu, es similar al implantado en los países ambientalmente más avanzados. El sistema de incineración con recuperación de energía se soporta en otras 15 instalaciones como las plantas de compostaje, metanización, selección de envases, secado solar de lodos... y un vertedero de emergencia que solo se utiliza en caso de urgencias derivadas del mal funcionamiento de las instalaciones o por paradas de mantenimiento programadas.

¿Cómo funciona?

La incineración es un proceso de tratamiento térmico de residuos a través de la oxidación completa y su transformación en corriente de gas con recuperación de energía. La planta consta de tres zonas. En la primera es donde los camiones vierten los residuos en unas fosas. Una grúa con pulpo coge los desechos y los deposita en una tolva, que se utiliza como alimentador continuo del horno. Por gravedad, los restos van cayendo a las parrillas para su combustión. En las líneas 1 y 2 en vez de parrillas, se usa el sistema de rodillos. En la nueva infraestructura se ha adoptado una parrilla de placas móviles refrigerada por agua y aire, lo que permite que se pueda incinerar un abanico más amplio de residuos. La combustión de los desechos genera un producto residual, las escorías, que se llevan a una planta de reciclaje.

En la parte central de la infraestructura se ubica la caldera. En este punto la energía de los residuos quemados pasa por una turbina eléctrica que los convierte en energía. De la zona de combustión se pasa al aprovechamiento energético como vapor. Los gases calientes de la combustión de los residuos pasan por una caldera que al intercambiarse con agua produce un vapor que genera energía térmica. En la tercera zona se ubica el sistema para depurar los gases y evitar la contaminación de la atmósfera. "Se trata del mejor sistema de depuración de gases", señala Mateu. Un dato importante y poco conocido es que el Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (PANER) considera que el 50% de la energía producida por una planta incineradora es biomasa, es decir, renovable.

La primera fase de la depuración consiste en reducir la temperatura e inyectar cal. Luego se inyecta carbón activo que absorbe los metales pesados y las dioxinas. Después se dirigen al fitro de mangas, donde se retienen buena parte de las partículas arrastradas por los gases de combustión. Cuando los gases salen por el filtro pasan por un catalizador que elimina los óxidos de nitrógeno. Y, al final, un ventilador permite hacer circular los gases hacia la chimenea para salir a la atmosfera.

En definitiva, dice Mateu, se trata de entender la incineración con recuperación de energía como una parte más del engranaje de un sistema de residuos basado en la concepción de éstos como recursos. Y es que, continua, "los países europeos ambientalmente más avanzados ya han demostrado que el reciclaje y este sistema de incineración son complementarias para conseguir el vertido cero de residuos, un vertido cero que "Mallorca ya ha alcanzado".