El ofrecimiento en persona de Jaume Matas le bastó para empezar a diseñar un anteproyecto millonario, sin ninguna adjudicación del Govern de por medio,ni extrañarse por ello. Esta fue, en síntesis, la argumentación con la que Santiago Calatrava justificó ayer ante el juez José Castro que se hiciera con el diseño de un Palacio de la Ópera para coronar la bahía de Palma sin concurso público ni convocatoria similar, y 8 meses antes del contrato administrativo.

El arquitecto vino a decir que, como artista y firma de prestigio, él se limita a aceptar o no los trabajos que le proponen, y en este caso, como en el resto, se mantuvo al margen de los detalles de contratación y desconoce si el Govern se la preparó a medida. Durante todo el día se especuló con que la Fiscalía Anticorrupción solicitaría para Calatrava una fianza de responsabilidad civil de 1,6 millones de euros, pero en su lugar la pidió para Matas. Y es que tras escuchar a Calatrava y ver las pruebas aportadas, los investigadores se creen que el técnico sí realizó el anteproyecto encomendado, por el que cobró 1,2 millones, por lo que las presuntas irregularidades sobre la concesión cabría imputarlas a los políticos.

El prestigioso arquitecto, de fama mundial, declaró que en septiembre de 2006 desayunó en un hotel de Roma junto al ex presidente balear del PP y el empresario de la comunicación Pedro Serra, que hizo las veces de intermediario. En ese encuentro, según la versión de Calatrava, Matas le explicó su deseo de remodelar la zona del Moll Vell de Palma, enfrente de la Catedral, sobre todo una explanada de más de 150.000 metros cuadrados todavía hoy de uso portuario, en la que quería ubicar un edificio especial, emblemático para toda la isla.

Después de dicho encuentro, en febrero de 2007 el arquitecto valenciano viajó a Palma para inaugurar su escultura Bou en el Baluard. En dicha visita, se desplazó en coche con Matas por la zona que debía ser objeto de la reforma, y aseguró al magistrado haberse quedado fascinado de la zona.

Fue a partir de entonces que Calatrava, defendido por los letrados Francisco Vera, Javier Iglesias y José Zaforteza, empezó a hacer bocetos para levantar un centro de artes escénicas y musicales en el extremo del muelle, sobre una plataforma dentro del agua y que se abriría como la flor de un nenúfar, gracias a un techo retráctil. Calatrava reconoció que su contratación directa por parte del Ejecutivo balear no se llevó a cabo hasta unos meses después, en abril, pero que entretanto él ya venía trabajando en el diseño.

El juez Castro abundó en este punto, y cuestionó al arquitecto que trabajara en la Ópera antes de saber que le sería adjudicada la redacción del anteproyecto. Por lo que ha trascendido de su declaración, Calatrava le dio en parte la razón, y de hecho señaló que su propia esposa, que le gestiona la parte administrativa, le ha llamado la atención en algunas ocasiones por arriesgarse a hacer diseños con un simple acuerdo verbal, frustrándose posteriormente su contratación.

Unos 300 bocetos

Con todo, Calatrava alegó al magistrado que es su modus operandi habitual, y que además un proyecto de esta índole necesitaba un trabajo previo. De hecho, el arquitecto aportó ayer unos 300 bocetos con los que quiso demostrar su tarea previa.

El reputado arquitecto se desentendió además de las posibles irregularidades en su contratación. Dijo que todas estas cuestiones las delegó en su despacho, radicado en Suiza, y que fue su equipo de colaboradores el que contactó con el Govern y se hizo cargo de los aspectos administrativos y económicos. A preguntas del letrado de Matas, Rafael Perera, Calatrava aseveró que nunca habló de sus honorarios con el ex presidente, y añadió que su intención inicial era cobrar 2 millones de euros por el anteproyecto, si bien aceptó rebajarlos a 1,2 millones por la escasez presupuestaria que le alegó el Govern.

Texto calcado

Sobre el hecho de que en la memoria del anteproyecto de la Ópera aparezca un texto, literaturizando la necesidad para la bahía de Palma de un proyecto emblemático, calcado al que figura en el expediente administrativo que previamente había ultimado el Govern, Calatrava se mostró sorprendido y dijo no poder dar ninguna explicación más que alguno de sus colaboradores hubiera podido tener acceso a dicho documento, y hubiera reproducido una parte del mismo.

El arquitecto recordó por otro lado que la Junta Electoral prohibió a Matas presentar a lo grande el anteproyecto que él había elaborado, debido a la proximidad de las elecciones y tras denunciarlo la izquierda. Calatrava aseguró que, debido a que él reside en Suiza, está al margen del calendario electoral en España, y que se enteró de la prohibición de presentar su diseño nada más aterrizar en Palma el día elegido para ello.