Doscientos sesenta y ocho facultativos de Balears han firmado una carta dirigida al conseller de Salud, Vicenç Thomàs, en la que piden que reconsidere la decisión de su departamento de jubilarlos forzosamente a los 65 años de edad.

Además, de esta jubilación forzosa la Administración prevé eximir a los facultativos de Menorca y Formentera, donde hay una gran carencia de profesionales sanitarios, y a los pediatras de Atención Primaria, especialidad en la que también hay un gran falta de profesionales.

Entre los médicos firmantes se encontrarían profesionales tan prestigiosos como el jefe de cirugía cardiaca de Son Espases, Josep Oriol Bonnín, el coordinador de transplantes de la comunidad autónoma, Julio Velasco, el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de referencia, Jordi Ibáñez, o el doctor Joan Besalduch, jefe del servicio de hematología del mismo centro sanitario, según revelaron a este diario fuentes sindicales.

Miguel Lázaro, portavoz hospitalario del Sindicato Médico, organización sindical que abandera la lucha de estos profesionales, considera todo este asunto "un despropósito más del señor Thomàs en una comunidad en la que hay un gran déficit de médicos, se produce una importante rotación de facultativos en las islas y en donde se pretende iniciar unos estudios de Medicina para los que serán necesarios médicos con experiencia y conocimiento que puedan ejercer como docentes".

"Y es que la facultad de Medicina va a ser la mascletá del doctor Thomàs. Por eso, desde el Sindicato Médico rechazamos esta jubilación forzosa e instamos a que los profesionales con una aptitud psicofísica adecuada puedan prolongar su vida laboral hasta los 70 años. Eso sí, sometiéndose si es necesario a evaluaciones anuales que confirmen que es apto para prestar el servicio", propuso el portavoz sindical.

Uno de los firmantes es el doctor Bonnín, sobre el que Lázaro no ahorró elogios: "Tenemos al número uno de cirugía cardiovascular en este país y lo queremos jubilar ya, con lo que ha hecho el doctor Bonnín por la salud de los enfermos coronarios de esta comunidad".

Lázaro quiso resaltar que esta obligación de jubilarse a los 65 años, además de en Balears, sólo se está aplicando en las comunidades de Asturias y Cantabria. "Además, va en contra de las últimas decisiones del Gobierno central, del mismo color político que el de esta comunidad, de prolongar la edad laboral hasta los 67 años. Y yo ví al president Antich aplaudiendo las palabras de Rodríguez Zapatero en un reciente mitin en Asturias en las que se refería a esta reforma de las pensiones", hurgó Lázaro.

Suicidio sanitario

El portavoz del Sindicato Médico consideró también un agravio comparativo que se exija la jubilación a los 65 a unos profesionales sí y a otros no, en función de las necesidades de la Administración. "En cualquier caso, estamos asistiendo a un suicidio sanitario al querer jubilar a gente todavía muy válida en una comunidad con un gran déficit clínico, asistencial y docente. Y máxime cuando estamos importando a médicos sin un título homologado", denunció.

Por último, Lázaro expresó su temor de que esta jubilación forzosa "sea un instrumento que potencie la arbitrariedad y la discrecionalidad de la Administración sanitaria".

En la carta remitida al conseller hace casi dos meses, los facultativos le recuerdan que "la política nacional y europea de prejubilaciones prevé (...) una prolongación de al menos dos años en la edad forzosa de jubilación y/o la prolongación voluntaria de la vida laboral", de la misma manera que recalcan que la Ley 7/2007 permite a los funcionarios de Balears la prolongación de su vida laboral hasta una edad máxima de 70 años tras una valoración de determinados requisitos.

Los profesionales que firman la misiva advierten de que, en momentos como la apertura del nuevo hospital de referencia de Son Espases o la posible creación de una facultad de Medicina, "la pérdida de profesionales con años de numerosa experiencia clínica y en muchos casos de gran currículo investigador puede ser una mala decisión para el futuro de la sanidad de Balears".

De la misma manera, los firmantes de la carta constatan que no poder solicitar esta prolongación de la vida laboral "impide a los profesionales de la sanidad balear competir en igualdad de condiciones con los de otras comunidades, recortando la posibilidad de iniciar o mantener proyectos de I+D+I que no concluyan antes de la edad de jubilación, que de hecho se convierte de esta manera no en los 65, si no en los 63 o 62 años según el proyecto a considerar".

"Con la aplicación de esta norma se pierde una generación de profesionales altamente formados cuando en la mayoría de las sociedades se considera que se ha llegado a la plena capacitación", alertan los profesionales firmantes del escrito remitido a Thomàs.

Por todo lo expuesto, los médicos que están detrás de esta iniciativa para prolongar su vida laboral solicitan a la Conselleria "la reconsideración de la aplicación de las normas que rigen la obligación de la edad de jubilación, haciendo de su voluntariedad (previa valoración de determinados requisitos) un derecho de los facultativos del sistema de salud de Balears como el que tienen reconocido, en similar situación, otros servicios de salud del estado español y los funcionarios de nuestra comunidad autónoma".