La frase profética salía del Gobierno hace una semana: "El destino de todas las cajas de ahorros es convertirse en bancos". ¿Todas? No. Una pequeña caja fundada hace más de un siglo por un mallorquín filántropo e irreductible resiste ahora y siempre a la fusión. Se trata de Caixa Colonya, la caja más pequeña del mapa financiero español, que desde su reducto de Pollença proyecta una imagen tan sólida que vive como mera espectadora la ola de fusiones que hace que hoy sea ya la única entidad 100% balear. Y 100% caja. Porque las exigencias que presentó el lunes el Gobierno van a obligar al resto a refundarse como bancos, para salir a bolsa o buscar inversores privados que garanticen su supervivencia. Algunas ya lo habían hecho (Sa Nostra entre ellas) y otras tendrán que seguir la senda obligadas por el Banco de España. No es el caso de la caja de Pollença, cuyo director general, Biel Bauza, confirmaba que ni serán nacionalizadas, ni tendrán que fusionarse, ni se verán obligados a vender parte del negocio a inversores privados. "No lo necesitamos. Nuestro core capital de cierre de año es de casi el 11% (tres puntos mejor que el mínimo para evitar la nacionalización y el cuarto más elevado del sistema financiero español) y nuestra financiación a través de mayoristas internacionales es exactamente cero (cuando el Gobierno exige que sea menos del 20%)", resume Biel Bauzá, que confiesa que no habrían osado desobedecer, como otras muchas, una orden directa del Banco de España: "Vamos a seguir en solitario porque podemos y porque nos dejan. Con nuestro tamaño, si hubiésemos recibido una instrucción del Banco de España para fusionarnos con alguien, lo habríamos tenido que hacer. No somos tan valientes. Así que puede ser que seamos las únicas que quedemos como cajas. Bueno nosotros y la de Ontinyent, que en principio está en situación similar a la nuestra".

Aunque ser excepción no impide ser solidario. Y a Bauzá se le nota dolido. Se queja de cómo se está llevando la reestructuración. "Parece que hay un interés de ciertos sectores [del Gobierno] y de la banca privada que están muy interesados en estigmatizar a las cajas, como si las cajas fueran las únicas con problemas. Y lo cierto es que la banca tiene morosidad más alta que las cajas y que solo el BBVA y el BSCH tendrán que hacer frente a más vencimientos de deuda que todas las cajas juntas", reflexiona el director general de la única caja que dejará la crisis, que pide que se hagan públicos "cuanto antes" los nombres de las entidades susceptibles de ser nacionalizadas para evitar que todas sufran las dificultades que conlleva la desconfianza a la hora de financiarse en los mercados. Aunque eso es problema ajeno: Caixa Colonya resiste ahora y siempre a la dictadura de unos mercados internacionales a los que no recurre. Ni recurrirá.