Ramón Andreu, conocido propietario de los restaurantes Tast, ha sorprendido por la rapidez con la que ha actuado tras entrar en vigor la ley que prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y está a punto de abrir un club de fumadores en una céntrica calle de Palma. Un espacio elegante y distinto decorado por el afamado interiorista Lázaro Rosa Violan donde los futuros socios podrán disfrutar de sus cigarros favoritos mientras saborean una copa frente a la chimenea tras una cena perfectamente servida.

– No se habla de otra cosa. Un club de fumadores sin nombre comercial todavía pero que ya ha creado una gran expectación, ¿A qué se debe?

– Aunque el club todavía no está listo, hemos abierto durante las fiestas de Navidad para celebrar algunos eventos privados y la verdad es que la gente ha quedado encantada con el espacio y con el ambiente. El boca a boca está funcionando y parece que se está generando mucho interés por conocer el local. A nosotros nos ha venido muy bien porque nos ha dado la oportunidad de sondear las diferentes opiniones y de esta manera podremos hacer algunos ajustes antes de la apertura oficial. También nos ha servido para ir completando la formación del personal. La directora, Ana Aguilera, ya lleva varios años en la empresa y conoce muy bien el tipo de trato que esperarán recibir nuestros futuros socios, pero el resto de la plantilla es nueva y muy joven y este rodaje les ha venido muy bien. Además estamos contando con la colaboración de mi amigo Rafael González, propietario de El Barito, que tiene una experiencia enorme en el mundo de la hostelería. En cuanto al nombre, es verdad que no lo tenemos decidido, ya se verá.

–¿Una idea de negocio que nace motivada por la nueva legislación?

– La idea nació mucho antes de que se supiera que la ley del tabaco se iba a endurecer tanto. Desde hace unos años pertenezco a un club de fumadores de habanos que se constituyó en mi restaurante Tast, un club pequeño de amigos pero a través del cual hemos tenido bastante contacto con la gente que lleva Pasión Habanos, un club privado promovido por Altadis que tiene varias sedes en diferentes ciudades españolas. Ellos fueron los que nos animaron a buscar un emplazamiento en Palma para albergar una nueva sede de su club. A principios de 2010 me ofrecieron este local y me pareció ideal, empezamos a tomarnos el tema en serio, hicimos el proyecto y se fueron produciendo una serie de coincidencias que nos han llevado hasta hoy. Han sido tres años incubando la idea y mientras tanto la ley se ha endurecido y hace que sea más difícil compaginar el acto de fumar un buen habano con otras actividades tan afines como disfrutar de la buena mesa o beber una buena copa. La nueva ley nos va a tener parados un tiempo hasta que los servicios jurídicos de Altadis nos indiquen que pasos debemos seguir para adaptarnos a ella.

– ¿Será un club privado?

– Eso seguro, con unos estatutos que habrá que cumplir. No podrá entrar nadie que no sea socio. Ya veremos cómo hacemos la selección. Hay cosas por definir en función de la ley, pero es cuestión de días saberlo.

– Habéis elegido un entorno y una decoración muy selecta, muy cuidada.

– El mundo del habano tiene mucho que ver con la buena mesa, la conversación, la buena tertulia. Buscábamos un espacio que propiciara todo eso, sobre todo el estar a gusto, como en casa. Gracias a la casualidad encontré a Lázaro Rosa Violan, un gurú de la decoración al que llaman el arqueólogo urbano porque trabaja con materiales de derribo. Se entusiasmó con el proyecto rápidamente. El tema de que sea un club es algo nuevo para alguien que ha hecho multitud de restaurantes y hoteles en todo el mundo, que no hace obra de relleno, solo proyectos sólidos de gran envergadura, además le fascinó el local. Le dimos libertad absoluta para trabajar. Este proyecto sólo puede funcionar si el espacio es algo especial, muy atractivo, diferente, único. Y la verdad es que creo que lo ha conseguido.

– ¿Cómo se vive la implantación de la ley en sus otros restaurantes?

– Yo particularmente prefiero esta situación a la anterior. La ley anterior era caótica. Aplicaba criterios diferentes dependiendo del tamaño del local y propiciaba muchas situaciones de desigualdad. Por otro lado adaptar los locales a la ley, además de muy costoso, a veces era casi imposible. Prefiero que todos seamos iguales y que no se pueda fumar en ningún sitio a lo que pasaba antes.

– ¿Y en los bares de copas como el Barito?

– [responde Rafael González, dueño del mencionado local y colaborador en el proyecto del club de fumadores]. No tenemos problemas. Nuestra clientela sabe lo que hay. Vienen porque saben que sus copas están bien hechas. De momento no hemos notado efectos negativos entre nuestros clientes. A mi me gusta el glamour de la noche, la filosofía de la elegancia para la diversión. Había desaparecido en Palma hasta que Ramón ha montado este local que me recuerda el glamour de los primeros tiempos del restaurante Porto Pi. Hay que recuperar la elegancia, el vestirse para salir, la buena gastronomía.

– ¿Cómo es el cliente tipo que acude al club de fumadores?

– Son conocidos de nuestros anteriores locales y hay de todo, no hay un cliente tipo pero es gente que aprecia lo bueno. Todavía están un poco despistados porque no tenemos de momento una oferta definida y hay una cierta incertidumbre sobre lo que va a pasar. Lo cierto es que el local les engancha, quieren volver, hacerse socios, etc… Hay mucha expectación y esto es maravilloso.

– ¿Ya tienen una idea definida de lo que será? ¿O no?

­–Como he dicho antes estamos pendientes de adaptar a la nueva ley la oferta que pretendemos dar. De eso dependerán tanto los trámites y requisitos para acceder a las instalaciones como las actividades que se pueda llevar a cabo dentro del club. Por otro lado la experiencia de estos días abiertos de una forma privada nos está ayudando a afinar la idea. Estamos encantados con la aceptación que está teniendo el espacio y de la expectación que está generando, pero nos preocupa controlar y gestionar bien el aforo. Si el sitio está muy abarrotado perdera gran parte de su encanto.

– La cava de puros es la estrella del local, ¿de ahí nace todo?

– Sí, de ahí nació todo. Solo hay tabaco Habano Premium. Están las mejores marcas y las vitolas más populares en unas condiciones de temperatura y humedad muy controladas, lo que garantiza el perfecto estado de los cigarros. Se fumará solo en una parte del local que está muy bien acondicionada con maquinaria que garantiza la renovación constante del aire. Pretendemos que el grado de confort sea lo más alto posible y eso incluye también el tratamiento acústico. No hemos escatimado en gastos.

­– ¿En que fecha abrirán definitivamente como club?

­– Se abrirá en las próximas semanas, cuando este todo a punto, lo que incluye tener el club legalmente constituido y adaptado a la ley, la decoración terminada y el personal formado.

– Una gran inversión en época de crisis.

– Es cierto que hay crisis pero a nosotros nos va bien y pensamos que es un buen momento para invertir. No hay que paralizarse por el miedo, hay que avanzar.