Giulio Verne es el nombre del barco que desarrollará la difícil misión de instalar el cable eléctrico entre Mallorca y Valencia. Este buque italiano es, junto a otro no-

ruego, el único del mundo capaz de desenrollar 237 kilómetros de cable y depositarlo a 1.000 metros de profundidad. Todo está preparado para que hoy se inicie la fase principal del llamado proyecto "Rómulo", en el cual Red Eléctrica invierte 375 millones de euros con el objetivo de evitar que las islas puedan sufrir un apagón eléctrico a causa de una avería en las diferentes centrales de Balears.

A primera hora de la mañana de hoy, el buque cablero iniciará los trabajos de colocación del cable eléctrico submarino. Unos trabajos que se prolongarán unos dos meses hasta completar el recorrido desde la playa de Santa Ponça hasta el litoral de Sagunto en Valencia.

Unos espectaculares rollos de cable llenan las bodegas del Giulio Verne. En total son 7.000 toneladas de cable de cobre y acero recubierto con polietileno y prolipropileno que se encargará de llevar la electricidad desde la Península hasta Mallorca.

La labor principal del buque cablero es desenrollar el tendido y depositarlo en el fondo marino. Algo que parece tan simple necesita una precisión y unos dispositivos muy bien sincronizado para dejar el cable sobre el camino trazado. Por ello, el Giulio Verne está dotado con motores propulsores adicionales capaces de luchar contra las corrientes que quieran desplazar el barco y, al mismo tiempo, la trazada del tendido eléctrico submarino. Este buque está preparado para trabajar en condiciones climatológicas adversas y que la colocación del cable no se desvíe ni un ápice de la linea prevista.

Ramón Granadino, delegado de Red Eléctrica en Balears, acompañado del capitán Beli, que comanda el Giulio Verne, explicaron cómo "en multitud de ocasiones deben volver a recoger el cable para corregir la trazada".

Asimismo, dispone de una grúa especial para depositar el cable en el fondo marino y que es capaz de soportar muchas toneladas de peso como el que supone un tendido de varios kilómetros bajo el mar. "Este mecanismo es el que hace de este barco que sea casi único en el mundo para realizar este trabajo", apuntó el capitán de la nave.

El Giulio Verne es propiedad de la empresa italiana Prysmiam, nacida de la fusión de Pirelli con otras compañías dedicadas al cable, y es la encargada de fabricar el tendido para la interconexión entre la Península y Mallorca.

Se instalarán tres cables

La interconexión entre la Península y Mallorca constará de tres cables. Dos de ellos serán para transportar electricidad, uno de ida y otro de vuelta, ya que se puede dar el caso de que en algún momento necesiten electricidad de las islas en la Península. El tercer cable será de fibra óptica para telecomunicaciones. Los dos tendidos eléctricos transportan la corriente de forma continua. Para poder inyectar esta energía en la red de Mallorca ha sido preciso construir una estación conversora que se encarga de transformarla de continua a alterna.

Los cables estarán enterrados a lo lago de unos 4 kilómetros de la costa con la finalidad de evitar que queden atrapadas las redes de pescadores o arrastreros. Asimismo, se ha elegido un trazado que minimice su impacto ambiental en el fondo marino y evite los tramos subterráneos costeros con yacimientos arqueológicos, las granjas de piscicultura y las praderas de posidonia oceánica en Mallorca y las de fanerógamas que hay en Sagunto.

El Giulio Verne se coloca a 500 metros de la costa para empezar a desenrollar cable. Desde allí recorre el trazado fijado colocando el tendido en el fondo marino hasta llegar a la costa opuesta. Una vez allí se detiene y suelta el cable restante para que mediante flotadores, barcas auxiliares y submarinistas se coloque el tendido hasta la costa. Submarinos a control remoto controlan metro a metro la instalación del cable.

Este proceso es el que se iniciará hoy en Santa Ponça y se culminará a mediados de marzo en Sagunto (Valencia).

Recuperar la inversión

Ramón Granadino, delegado de Red Eléctrica en Balears, explicó que la compañía tiene el objetivo de recuperar la inversión de 375 millones de euros a razón de 40 millones anuales. El cable permitirá reducir importantes costes de producción de energía, ya que en la Península un porcentaje muy importante se fabrica con métodos renovables. Ello motivará que se reduzca el funcionamiento de las centrales mallorquinas, como es el caso de Es Murterar.