Unos pocos estropearon la Diada independentista en su tramo final. El intento de quemar una bandera española y la agresión a unos agentes de la Policía Nacional y a un anciano que intentó ayudarles rompió un acto que en su mayor parte había transcurrido sin incidentes reseñables y que incluso contaba entre sus participantes a algunos miembros del Govern balear, como la consellera de Asuntos Sociales, Fina Santiago, y el de Movilidad, Biel Vicens.

La manifestación debía concluir en la Plaza de los Patines, pero poco antes, al pasar junto a la Cafetería Olmos, se intentó prender fuego a una bandera española. Al ir los policías a detener al responsable se inició un tumulto y un enfrentamiento entre ambas partes. Y un anciano que se encontraba en el lugar y que intentaba ayudar a incorporarse a un agente caído recibió el golpe de una silla que había sido lanzada por una joven, según aseguró uno de los testigos. Aunque sangró en una ceja, la herida fue leve y se solventó con un poco de hielo. Dos agentes recibieron también golpes en la cabeza. Finalmente no se logró realizar ninguna detención, aunque la bandera y el líquido inflamable quedaron incautados, según informó la Delegación del Gobierno.

El temor a este tipo de problemas se reflejó en el importante despliegue policial que se había realizado ante la sede del Circulo Balear, que el día anterior había sido objeto de pintadas, pero sin que se registraran incidentes al pasar la manifestación frente a ese punto, más allá de los insultos proferidos también contra los agentes por parte de unos pocos jóvenes.

El enfrentamiento tiñó una manifestación en la que participaron cerca de 2.000 personas (la organización afirmó que se habían superado las 3.000) y que recorrió el centro de Palma desde Es Born a la Plaza de los Patines bajo el eslogan Som una nació. Organizada por la Plataforma 31D, contó con el respaldo del PSM, ERC, STEI, Diada de Mallorca, Entesa per Mallorca, Iniciativa-Verds, Endavant y Maulets, entre otros.

Antes de iniciarse el recorrido, el secretario general del PSM, Biel Barceló; el presidente de Esquerra en Balears, Joan Lladó; y la portavoz de la Plataforma 31D, Xisca Mir, coincidieron en que la de ayer debía ser una jornada especialmente reivindicativa, al considerar que 2010 ha quedado marcado como uno de los ejercicios con mayores agresiones contra el nacionalismo, tras las sentencias vinculadas al Estatut o a la enseñanza en Cataluña, y el compromiso del PP balear de suprimir el decreto de mínimos que regula en las islas el uso del catalán en la educación.

Todos ellos defendieron la viabilidad de unas islas independientes, pese a que una gran parte de su población ha nacido fuera.

Según destacó Lladó, "el mayor enemigo de la Mallorca libre es la Mallorca pura. Hemos de ser capaces de convencer a la gente, al margen de su origen, de que la independencia supondría más bienestar y riqueza para todos".