La conselleria de Salud del Govern ha advertido a los bares y restaurantes de que serán "duros e implacables" en la aplicación de la nueva Ley Antitabaco que entra en vigor el próximo día 2 de enero. Salud movilizará unos 70 inspectores para hacer cumplir la nueva normativa que prohibe fumar en bares restaurantes y lugares públicos cerrados. Los restauradores han pedido al Govern que interceda ante los ayuntamientos de Mallorca para que puedan habilitar más terrazas y mesas al aire libre para evitar la pérdida de clientes con la nueva norma que prohíbe fumar.

La directora general de Salud Pública del Govern, Margalida Buades, reconoció que tienen 70 inspectores que se dedicarán a la vigilancia para que se cumpla la Ley Antitabaco en los lugares públicos. Buades rebajó las palabras pronunciadas ante los restauradores: "Esta nueva normativa lleva implícita un cambio de actitud de la ciudadanía para prevenir los efectos del tabaquismo en la salud. Las primeras semanas las inspecciones serán informativas y no se empezará a sancionar a partir del día dos de enero". La directora general recordó que su misión es la de "mirar por la salud de las personas" y está convencida que "los empresarios sabrán adaptarse a la nueva normativa".

La Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local podrán levantar actas por el incumplimiento de la Ley Antitabaco. Estas actas deberán ser remitidas a la conselleria de Salud para su instrucción y posterior aplicación de sanciones administrativas.

Pilar Carbonell, presidenta de la Asociación de Restauración de CAEB, indicó ayer que calculan "pérdidas en torno al 20% en los bares y restaurantes por la prohibición de fumar. Nos han asegurado que van a ser muy duros y nosotros tememos las sanciones para dar ejemplo si alguien fuma en un local". Carbonell indicó también que quieren que el Govern se encargue de sensibilizar e informar a población y a los empresarios sobre la nueva ley. "No podemos hacer de policías ni responsabilizarnos de los actos de otras personas", apostilló la presidenta de CAEB-Restauración.

Desde Pimen auguran el cierre masivo de pequeños bares y restaurantes por los efectos de esta nueva normativa. Juan Cabrera, presidente de esta antidad, aseguró: "Habrá muchos establecimientos que tendrán que cerrar. Son los bares de polígonos que viven de clientes que salen de su trabajo para merendar y poder fumar". Cabrera calificó la ley de "discriminatoria, ya que prohibe fumar en bares y restaurantes y permite el tabaco en los hoteles. "Ellos podrán habilitar zonas de fumadores en sus recintos y en habitaciones y esto es una discriminación total", afirmó.

La conselleria de Salud se comprometió a mediar para la modificación de las ordenanzas municipales con el objetivo de que los bares y restaurantes puedan colocar más mesas y sillas en terrazas y aceras para sus clientes fumadores. Margalida Buades reconoció que en caso de conseguirse deberán hacer frente al problema de ruidos en la calle.

Los restauradores querían que se les permitiera habilitar zonas especiales de fumadores con equipos de aspiración y cerrados de forma hermética. Hasta la fecha, la Ley Antitabaco de 2006 era bastante permisiva en Balears y sólo obligaba a habilitar una zona sin necesidad de cerrarla en los establecimientos de menos de 100 metros cuadrados. En los grandes se debía delimitar el espacio sin la obligación de cierres herméticos.

Tolo Mayol, responsable del Celler sa Premsa de Palma se mostró del todo concienciado con la nueva normativa: "Tenemos que acercarnos a lo que hacen en la mayoría de países europeos y acataremos la ley. Muchos clientes en la actualidad ya salen a fumar a la calle". Bartomeu Torrens, gerente del Celler Can Amer de Inca, consideró que la nueva normativa "no perjudicará en exceso a los restaurantes. En la actualidad en el nuestro hay permisividad para fumar, pero deberemos aplicar la ley. Quien quiera fumar siempre podrá salir al aire libre".

Otros establecimientos consultados temen las consecuencias económicas de la prohibición de fumar. Es el caso de cafeterías o restaurantes más pequeños donde el tabaco es casi un complemento indispensable. Margalida Munar, propietaria del restaurante Can Nofre de Palma, aseguraba que "hay clientes que ya nos han anunciado que no vendrán al no poder fumar".

Vicente Morales, del bar London de Palma, se quejaba de la escasa información que les han dado sobre como aplicar la normativa en los bares y restaurantes. "No tenemos ninguna información –apuntó– y creo que se trata de una norma excesiva. Si lo hacen para prevenir la salud de los empleados, la mayoría de ellos fuma. Esta ley nos perjudicará bastante".

Las sanciones para los establecimientos o las personas que incumplan la Ley Antitabaco pueden ser de 30 euros las leves, de 1.000 a 10.000 euros las graves y hasta 600.000 euros las muy graves. Una de las infracciones sancionables para los bares y restaurantes es el no tener carteles explicativos de la prohibición de fumar en varios idiomas.