En la hoja de ruta de Ryanair no aparece la creación de un club de fans en Mallorca. La compañía irlandesa es la que más furia despierta entre los viajeros de Balears. La Dirección General de Consumo del Govern ha tramitado hasta principios de diciembre 229 reclamaciones contra la low cost, el 15,37% de todas las protestas dirigidas contra las aerolíneas que operan en la Comunidad. La número uno en el termómetro de la irritación, confirman desde el Ejecutivo autonómico.

Se ha ganado la mala fama en un tiempo récord. Ryanair empezó a volar desde Palma en marzo de 2007. Desde entonces, Consumo ya se ha visto con ella en los tribunales y le ha abierto cinco expedientes sancionadores. El volumen de los castigos propuestos asciende a 141.350 euros.

Ryanair no ha tardado en enfadar a sus clientes. Al año de aterrizar en la isla fue sancionada por incumplir la aplicación del descuento de residente. El asunto todavía colea. La aerolínea presentó un recurso contencioso-administrativo contra dicho expediente, pero se comprometió a subsanar la irregularidad. Dos años después sigue sin bonificar "correctamente" a los residentes y a las familias numerosas, critican desde Consumo. En septiembre llegó una nueva reclamación. El afectado no pudo beneficiarse del descuento cuando compró el billete a través de la página web. Para obtener la devolución del importe, la aerolínea le instó a llamar a un número de pago y a enviar un fax a Irlanda con la fotocopia del billete y su DNI. "A raíz de este hecho, los inspectores hicieron un control de oficio y descubrieron que era imposible completar la adquisición de un vuelo con la rebaja del 50% para los ciudadanos de las islas. Al final del proceso, la página web señala que se ha producido un error y que el usuario debe ponerse en contacto con la aerolínea a través de un número de tarificación adicional (empieza por 807)", relata una portavoz de Consumo.

Hasta la propia Administración se topa con dificultades para contactar con los responsables de la compañía. "Solo" nos queda la vía sancionadora para que "actúe conforme a derecho", incide la directora general de Consumo, Conxa Obrador.

En este juego del gato y el ratón, el Govern se ha topado con un contratiempo. Una sentencia del juzgado contencioso-administrativo número 3 de Palma del año 2009 atribuye a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea la competencia de castigar a las aerolíneas en materia de tarifas y retira esta potestad a las comunidades autónomas. "Vamos a recurrir esta sentencia y continuaremos levantando actas cuando se vulneren los derechos", como promete Obrador.

Ryanair sigue a lo suyo. En menos de cuatro años se ha convertido en la tercera aerolínea de Son Sant Joan por número de pasajeros transportados (1,4 millones en los diez primeros meses 2010). En 2008 ocupaba el puesto undécimo de la lista, con medio millón de usuarios y en la actualidad pisa los talones a la segunda, Air Europa.

Polémica

La empresa se desenvuelve cómoda en las aguas de la provocación. Forma parte de su estrategia comercial. Para promocionarse en Mallorca consiguió que 200 personas se revistieran con los colores corporativos y se colgaran del cuello una pancarta en la que expresaban su alegría por tener a Ryanair en la isla. A cambio, los participantes del sainete recibieron billetes semigratis (pagaron las tasas aéreas).

"Ryanair te quiero" o "A partir de ahora, fieles a ti" fueron algunos de los lemas escogidos para obtener un vuelo de balde. Tanta alegría ha dado paso a más de un cabreo. Cinco expedientes de Consumo ensombrecen la trayectoria de la empresa presidida por Michael O'Leary.

Los motivos se repiten: La pantalla inicial de la web no indica el precio final del viaje; no se aplica el descuento de residente ni de familia numerosa; las casillas ´seguro por cancelación del viaje´ y ´desea ser uno de los primeros en embarcar´ aparecen preseleccionadas; y no se atienden las pretensiones del reclamante en la devolución del importe cobrado en exceso. Menudo cabreo.