Un Boeing 707 del Ejército del Aire, con 39 personas a bordo, puso el pasado domingo en alerta roja al aeropuerto de Son Sant Joan. El aparato cubría el trayecto de El Cairo a la base aérea de Torrejón de Ardoz, a 22 kilómetros de Madrid. Cuando sobrevolaba Mallorca a diez mil metros de altura, el piloto comunicó al control aéreo que su aparato sufría desperfectos importantes –"tenemos daños estructurales graves, estamos muy afectados"–. Finalmente, el aterrizaje en condiciones extremas se produjo sin que se registraran daños personales.

El aviso del accidente llegó a Son Sant Joan a las 23.00, cuando ya se había despachado el grueso del volumen de tráfico de la jornada. El operativo de alerta roja, que paraliza el resto de actividades en el aeropuerto y concentra todos los esfuerzos en las pistas, movilizó a bomberos, ambulancias civiles y militares. También se desplazaron efectivos de apoyo del ejército. El protocolo de actuación moviliza incluso los servicios religiosos.

Según confirmaron fuentes del aeropuerto, el accidente se desencadenó durante una tormenta sobre el Mediterráneo. En ese momento, el B-707 del Grupo 45 del Ejército del Aire estaba controlado desde Barcelona, debido a su altitud de vuelo. El cuatrimotor pasó bruscamente de 30.000 pies (unos 10.000 metros) a 20.000, momento en el que las operaciones de emergencia pasaron a ser dirigidas por el centro de control de Palma. Según aclararon fuentes del operativo, el vuelo descendió "casi en picado".

Las 39 personas que transportaba el B-707 corresponden a 28 pasajeros y once tripulantes. Según fuentes aeroportuarias, la numerosa tripulación invita a pensar que la escala en El Cairo se empleó también para un relevo en cabina. Una vez que se produjo el aterrizaje, el ejército tomó las riendas de las operaciones.

El aparato accidentado en Palma lleva medio siglo de servicio, y se emplea habitualmente para transporte de personal. En los últimos meses, el Boeing 707 ha participado en la lucha contra la piratería en Somalia y en misiones de apoyo al contingente de tropas españolas en Afganistán. De hecho, El Cairo es uno de los aeropuertos habituales de escala intermedia para aparatos sin autonomía suficiente para llegar a España.

Durante la maniobra de aproximación a Son Sant Joan en condiciones de emergencia, el B-707 se desprendió de buena parte del combustible, para minimizar los riesgos de la maniobra de aterrizaje. Técnicamente, los "daños estructurales graves" esgrimidos para la alerta roja se refieren a desperfectos de entidad en el fuselaje de la nave. Según expertos en la seguridad aeroportuaria, "una alerta roja no se declara así como así. El piloto tiene que estar muy seguro de que sufre daños realmente peligrosos para el pasaje, dado que obliga a paralizar completamente la actividad de un aeropuerto del tamaño de Palma"

La avanzada hora minimizó los efectos del aterrizaje forzoso sobre la programación habitual de Son sant Joan en un domingo por la noche. Al menos dos vuelos de las compañías Iberia y Clickair sufrieron retrasos de alguna importancia, en el margen de unas dos horas. Mientras tanto, el grueso del personal de servicio ese día se concentró en la actividad preventiva que se desarrollaba en las pistas.

El vuelo del B-707 no tenía relación alguna con Palma antes de que el avión sufriera desperfectos. Sin embargo, este modelo vuela en verano con frecuencia a Son Sant Joan, para cubrir lo que en el Ejercito llaman el servicio "de estafeta". El Boeing 707 se convierte entre junio y septiembre en avión de ruta para mandos militares. Se emplea asimismo para el traslado de documentos y material de trabajo a la isla, donde es al tiempo avión de apoyo de las vacaciones de la Familia Real.

El aterrizaje forzoso en Palma del domingo reactiva la polémica sobre el uso de aparatos con sesenta años de servicio. Los B-707 fueron comprados de segunda mano a Estados Unidos en 1987. Acumulan un largo historial de percances. No han sufrido accidentes mortales, pero su seguridad ha sido cuestionada con mayor énfasis tras el accidente del avión Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles, en ruta desde Afganistán.