Ayer fue un día como otro cualquiera: la huelga fue menos general que nunca. Sólo se percibió en manifestaciones y piquetes que esta vez fueron meramente informativos. Por eso el único impacto hubo que buscarlo en los servicios sometidos a mínimos, como el transporte público, que vivió una mañana de autobuses más llenos de lo habitual por escasez de frecuencias. Todo porque los trabajadores fueron en su mayoría a trabajar igual. Tanto en el sector público como en el privado.

Por eso las calles bullían desde primera hora como un miércoles más. Tanto que a las 8.45 la policía intervenía para regular el tráfico en los cruces más conflictivos de avenidas. Había retenciones. Las de cada mañana. Las de coches que llevaban a hombres y mujeres de maletín. Las que atrapaban en los pasos de cebra a niños con uniforme y sin él. Porque los colegios también abrieron. Todos. La mayoría habían mandado cartas a los padres para que llevasen a los pequeños al colegio. Así que allá fueron los niños, a gastar codos y libros de notas mientras los albañiles se ganaban el sueldo en las pocas obras de construcción que la crisis ha dejado, activas como cualquier miércoles.

Igual que las tiendas, las farmacias, las cafeterías, los kioscos, los estancos, los loteros, los mercados y los supermercados. También El Corte Inglés, que echaba humo en las cajas como cualquier diario de faena. Abrieron a las diez con poca oposición: la de una veintena de piquetes de CNT y CGT que gritaron mucho pero lograron poco. A las 10.15 El Corte Inglés empezaba a trajinar por cientos clientes y euros.

Y los piquetes ponían rumbo a Sindicat, vía comercial cerrada a las 10.15 "por si acaso" (palabra del dueño de una zapatería) y reabierta casi en pleno a las 10.25. Lo pudo comprobar Diario de Mallorca: de los 117 locales de vía Sindicat, 107 pasaron el día abiertos al público (abundante) y apenas diez tuvieron la trapa echada. Aunque en la mayoría de los casos no la bajaron por la huelga: cuatro de ellos habían puesto el cerrojo hace meses por los palos de la crisis, tres estaban de reforma y otros tres permanecían inactivos por la convocatoria sindical.

Turismo a pleno rendimiento

Menor aún era el seguimiento en Playa de Palma. En los cinco hoteles consultados hablaban de plantilla al completo. Lo mismo decían en la Federación Hotelera y en la Asociación de Cadenas, que aseguraban que la huelga no fue tal. "No hemos notado nada. Ni en la limpieza, ni en comedores, ni en ningún servicio", detallaba el director del Pabisa Bali, un tres estrellas al inicio de la calle del Jamón, ayer abierta de par en par. Como cada día de verano y cada jornada de este otoño fértil en turistas. Lo atestiguan también los reporteros de Diario de Mallorca, que hicieron la cuenta: ni uno solo de los negocios de la calle del Jamón detuvo la música y el trajín de cervezas y perritos para protestar contra la reforma laboral. Ni ellos ni los hosteleros que atienden en primera línea, en la que los piquetes se convirtieron en carne de objetivo fotográfico para los turistas, extrañados, pero nada alarmados.

Aunque si el éxito de la huelga se mide en porcentajes de los sindicatos la participación se anima: según UGT, CC OO y STEI-i, el seguimiento medio fue del 68%, con picos del 100% en Emaya y un mínimo del 22% entre el funcionariado. Las patronales hablan en cambio de apoyo nulo al paro. Y daban un dato confirmado por Endesa: el consumo eléctrico solo cayó un 3% en Balears, apuntaban en la patronal CAEB. "Ha sido un fracaso, de impacto nulo", aseguraba por ello el presidente de las pymes, Juan Cabrera, que utilizaba la misma palabra que el delegado del Gobierno y el Govern para definir la situación: "Normalidad". Lo recalcaban por sectores: "normalidad" en el comercio, en los polígonos, en los taxis, las canteras, las guarderías, la restauración, las salas recreativos o las peluquerías. Y en estás últimas la actividad fue incluso mayor que otros miércoles. El paro de algunos sirvió para hacer el agosto en septiembre. Lo contaban en la de Antoni Bustamante, en calle Berenguer, donde la que la huelga infló la lista de citas para tinte y tijera: "Tenemos más reservas que nunca".

Calles con pintores y sin flores

Faltaban en cambio a su cita con los clientes las floristerías del Born, cerradas por precaución. Sí se presentaron a su cita diaria con el arte los pintores callejeros de Sant Miquel. Un día antes preveían refugiarse en casa para evitar incidencias, pero la escasa actividad de los piquetes en las calles les ánimo a poner sus atriles al sol, bajo el que también se ofrecían las carrozas de caballos, los ambulantes e incluso los autobuses turísticos, ayer con servicios máximos a pies de la Catedral. Como policías y periodistas, más activos que nunca en busca de piquetes.

Menos trabajaban los taxistas. Esperaban pasarse el día corriendo para tapar los agujeros que la huelga dejara en el transporte, pero les falló la previsión: según la patronal del sector, salieron a las calles 400 autocares (el 85%), que se sumaron a los de la red pública de la EMT. Aunque ni siquiera ahí la huelga fue lo que se esperaba: estaban pactados 44 autobuses de servicios mínimos, pero como acudieron más trabajadores las empresa sacó otros 19 coches. Por eso el aeropuerto vivió una de las huelgas más plácidas que se recuerdan. Solo hubo incidentes en Ryanair, mientras despegaban seis veces más vuelos de los pactados en servicios mínimos. Y lo mismo ocurrió con los trenes, que lanzaron algún convoy más de los negociados: los mínimos fijaban cuatro trayectos de tren y otros tantos de metro, pero finalmente salieron el doble, al presentarse empleados de sobra.

Colegios y hospitales en marcha

No sobraban profesores en los colegios, pero los críos pudieron acudir a ellos. En algunos centros públicos como el Son Pizá o el Eugeni López la actividad se trasladaba a los patios. Así que para muchos niños fue día de fiesta en el centro. Tranquila fue también la jornada en Son Dureta, donde el pragmatismo había llevado a planificar menos citas para evitar problemas. De ahí la calma. De ahí y de la menor afluencia de pacientes a urgencias, según los servicios médicos, que informaban de que la cola de extracciones fue, por un día, un poco más corta.

La calma se contagió a los centros de salud, a ritmo de miércoles normal. Como los juzgados, en los que solo hizo huelga uno de los 111 jueces y magistrados y uno de los 108 secretarios judiciales. Y algo parecido ocurrió en el resto de la función pública. Pese a ello, los sindicatos creen el paro "exitoso". "Hemos conseguido nuestros objetivos", explicaba Katiana Vicens, de CC OO, apoyado por Lorenzo Bravo, de UGT. "Nunca había tenido una huelga tantos detractores", se lamentaba Bravo, que asumía el "fracaso" de la convocatoria entre las pymes y reconocía dos errores del sindicalismo: haber convocado antes un paro de funcionarios y no haberse dirigido a las pymes y los autónomos, que ayer desertaron en masa de una huelga que apenas se sintió en Mallorca.

EL PARO GENERAL SÓLO TUVO IMPACTO EN LOS SECTORES SOMETIDOS A MÍNIMOS

· Restauración, hostelería y

hoteles: normalidad absoluta.– Más allá de la manifestación de 300 piquetes que recorrió las calles de Playa de Palma y de las que hicieron lo propio en Calvià y otras zonas turísticas, el impacto fue mínimo. Los hoteles operaban con normalidad. El sector aseguraba que la "abrumadora mayoría" de los trabajadores se presentó en su puesto y cifran en un 1% el seguimiento. Los sindicatos elevan la participación al 78% en el sector hostelero, aunque la actividad en la calle parecía la de un día normal. En Playa de Palma no cerró ni un solo negocio, como pudo comprobar este diario. En zonas de Palma como la Lonja apenas se detectaron dos establecimientos cerrados por huelga.

· Transportes: más servicios que los mínimos pactados.– Los sindicatos hablan de un 100% de seguimiento en el ferrocarril, un 80% en el transporte urbano y un 55% en el interurbano. Aunque según las empresas hubo más servicios que los mínimos pactados al acudir más trabajadores de los esperados: la EMT había negociado 44 autobuses y salieron 63, mientras el tren y el metro doblaban las rutas previstas. En el puerto los sindicatos hablan de una participación del 40% que la Autoridad Portuaria reduce al 11%. Y el aeropuerto multiplicó por seis la actividad fijada en servicios mínimos. Tampoco hubo problemas en la entrada y salida de Son Sant Joan, gracias a que operaron el 85% de los autobuses de transporte discrecional: 400 coches.

· Educación: colegios abiertos y niños en los patios.– Según el Govern, solo el 4,75% del personal de los centros públicos faltó al trabajo, proporción ligeramente superior a la de los concertados (4%). Los sindicatos elevan la participación al 30%. Los reporteros de Diario de Mallorca constataron una actividad similar a la de un día normal, aunque algunos niños tuvieron más horas de recreo.

· Sanidad: poca incidencia, pero menos citas y urgencias.– se programaron menos citas, por lo que la incidencia fue mínima. También hubo menos extracciones y urgencias. El seguimiento del paro, según el Govern, fue del 1,5% en médicos y el 2,1% en el resto. Los sindicatos hablan del 35%.

· Comercio: pleno rendimiento.– Los piquetes apenas tuvieron efecto. A las 10.30 todo el centro de Palma tenía sus comercios abiertos. Normalidad también en mercados y centros comerciales.

· Industria y construcción: un día cualquiera.– Apenas se activó un piquete en Can Valero. Las obras de construcción también funcionaron al ritmo habitual. Los sindicatos dicen que hubo un 98% de paro en la industria y un 87% en la construcción.

· Justicia: faltaron un juez y un secretario judicial .– En el resto del funcionariado también hubo un seguimiento mínimo: del 9,9%, según el Govern. Los sindicatos lo elevan al 32%.