Más de 2.500 familias isleñas perdieron su casa el pasado año por no poder pagar la hipoteca, lo que convierte a Balears en la cuarta comunidad autónoma con la tasa más alta de este tipo de embargos en relación a su población, según el estudio El banco me echa fuera de casa presentado por las asociaciones de consumidores y de usuarios de entidades financieras de Cataluña (UCC y ADICAE) y por la UGT. Entre los factores que explican ese elevado nivel de ejecuciones hipotecarias se cita el fuerte endeudamiento de las familias isleñas y el alto porcentaje de población inmigrante, entre otros aspectos, que evidentemente se suman a la actual situación de crisis económica.

Según se destaca en este informe, 2009 ha sido el ejercicio con la cifra de ejecuciones hipotecarias más alta de los últimos años, con 93.319 en el conjunto del país y 2.677 en el caso de Balears. Eso supone una media de 1,9 casos por cada mil habitantes por lo que se refiere al conjunto del Estado, y de 2,4 en el caso de las islas.

Esta última tasa es la cuarta más elevada del país, sólo superada por las 3,1 ejecuciones por mil habitantes de Murcia y la Comunidad Valenciana y las 2,6 de Canarias. Cataluña aparece en quinto lugar, también por 2,4 aunque ligeramente por debajo de Balears.

Un aspecto que destacan los autores del informe es que el archipiélago y el litoral valenciano presentan un peso de las segundas residencias superior a la zona catalana, y que el impacto social de perder la vivienda de veraneo o de fin de semana no es el mismo que la pérdida del domicilio habitual.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universitat balear, Eugeni Aguiló, apunta diferentes factores que explican la situación de las islas. Para empezar, el fuerte encarecimiento de la vivienda ha sido uno de los elementos que ha colocado a las familias del archipiélago entre las más endeudadas del país, una característica compartida por aquellas zonas que encabezan el citado ranking de embargos.

Según los datos del Banco de España, el conjunto de los españoles debemos a las entidades financieras 1,5 euros por cada euro ahorrado. En el caso de Balears, esa proporción se dispara hasta los 2,3 euros de deuda por cada uno de ahorro; en Canarias es de 2,2; en Murcia, de dos euros; y en la Comunidad Valenciana de 1,8.

Eugeni Aguiló recuerda que durante los años de bonanza las zonas con mayor peso turístico parecían tener un futuro más próspero que las industriales, lo que generó una cierta euforia en el consumo.

También hay otro factor coincidente en todas estas autonomías: la elevada presencia de inmigrantes. En Balears suponen el 21,9% de la población, en Valencia el 17,3%, en Murcia el 16,5% y en Canarias el 14,5%, frente a una media estatal del 12,2%.

Al respecto, se recuerda que el isleño que se encuentra con el problema de no poder pagar el préstamo al haber perdido su empleo o menguado sus ingresos, cuenta en muchos casos con el apoyo familiar para poder superar esa etapa y hacer frente a sus compromisos económicos, algo que no sucede con buena parte de los inmigrantes.