La autopsia practicada ayer al conocido empresario Francisco Lavao, fundador del grupo de supermercados SYP, confirmó las primeras hipótesis sobre las causas de su muerte: las gravísimas lesiones sufridas al precipitarse por un acantilado de Bahía Grande. Los forenses certificaron que Lavao, de 68 años, falleció por los múltiples traumatismos y fracturas producto de la caída, una versión que coincide con la de los agentes de la Guardia Civil encargados de las primeras pesquisas.

El juzgado de instrucción 5 de Palma, que el lunes se hallaba de guardia cuando fue descubierto el cadáver del empresario en un lugar de muy difícil acceso de Bahía Grande, recibió ayer el primer informe de la autopsia. Los forenses ratificaron que Lavao falleció a consecuencia de lesiones por precipitación desde varias decenas de metros de altura. Su cuerpo estaba muy dañado cuando fue recuperado por especialistas de la Guardia Civil y trasladado por mar hasta s´Arenal. El cadáver estaba cerca del mar en medio de unas rocas y en un punto donde no podía ser recuperado por tierra o mediante un helicóptero.

Algunas fuentes indicaron el lunes que la caída se había producido desde unos 40 metros de altura. Medios de la investigación comentaron ayer que el acantilado tenía 70 metros de altura y que la caída desde arriba era mortal de necesidad.

Los investigadores localizaron el vehículo del industrial correctamente aparcado cerca del punto donde se precipitó. "En ese lugar no podía haber accedido al borde del acantilado con el coche y, tras aparcarlo, fue andando".

La nota y otros mensajes de despedida dejados por Lavao a sus hijos y otros allegados indican que el empresario estaba abrumado por la mala marcha de sus negocios y que se sentía un poco apartado de su familia.

Sin indicios criminales

La Guardia Civil, en principio, no ha detectado ningún indicio de mano criminal en el caso.

Lavao había gestado un importante holding empresarial en los últimos años, basado en promociones inmobiliarias, complejos deportivos, balnearios urbanos y otros negocios. La crisis había golpeado seriamente a sus empresas, lo que habría abatido a una persona que se caracterizó desde su juventud por su espíritu emprendedor, su laboriosidad y autoformación en todo tipo de sectores empresariales.