Fecha de inicio de curso: 13 de septiembre. Niños que van a empezar: decenas de miles. Días hábiles para preparar el curso: 8, no tantos. Empieza la cuenta atrás para la invasión escolar, conocida con el entrañable nombre de ´vuelta al cole´. Los profesores y directores pusieron fin ayer a sus envidiadas vacaciones. Arranca la puesta a punto de un año que cuenta con un obstáculo añadido: los recortes presupuestarios. Una planificación minuciosa es más importante que nunca.

La jornada de ayer fue de reencuentros. Risas y abrazos y una ilusión que se espera que se mantenga en los momentos más arduos del curso. El ambiente era muy diferente si se trataba de un instituto o de un colegio. En los centros de Educación Primaria se respiraba más tranquilidad. En el Camilo José Cela una pizarra recibía a los docentes: "Buenos días a todos y buen principio de curso... Reunión en la sala de profesores a las 10h".

Allí los encontramos. Jaume Llullse seestrena como director "con muchas ganas". Explica que este año tienen que "planificar mucho", porque "hay muchas novedades". Por ejemplo, la importante renovación del profesorado. En un centro con una treintena de docentes, diez son nuevos de este año. Muchos son jóvenes que han aprobado la oposición este curso y tienen "toda la ilusión del mundo", al incorporase a su nueva plaza de funcionario.

Sí, la crisis se notará este año en las aulas y Llull ya está pensando cómo sobrellevarla de la mejor forma posible. En el Camilo José Cela, situado en el polígono de Llevant, el 35% de los alumnos son de nacionalidad extranjera. El curso que viene contarán con un profesor menos de atención a la diversidad. ¿Cómo y quién trabajará con estos críos para que se integren y cojan mejor el ritmo de la clase? "Nos repartiremos las horas entre el resto", señala. Los docentes se mentalizan de que al haber menos dinero, habrá que arrimar el hombro.

El flamante director recuerda que la realidad de este centro ya es de por sí compleja y requiere mucha organización. Y es que, apunta, el Camilo José Cela es una escuela de integración motora, lo que quiere decir que tienen alumnos que van en silla de ruedas lo que implica contar con una enfermera y un fisioterapeuta en plantilla.

Mientras los profesores de este centro hablan en la sala de reuniones, los pasillos permanecen silenciosos. Sólo se ve pasar a una mujer encargada de la limpieza del centro. El ambiente es totalmente diferente en el instituto Borja Moll, a escasos metros.

Ruidos, colas de padres, jóvenes nerviosos, solicitudes, papeleo, listas de admitidos y de suspendidos... El Borja Moll estaba ayer lleno de vida tras llevar meses vacío. O como dice su director: "Hemos pasado de 0 a 100 en un día". Francisco Martorell empieza su tercer año como director "a tope", como el resto del personal. Explica el bullicio: "Hay matriculaciones y exámenes de recuperación". Y eso que el año pasado se notó "mucho más" el auge de la FP.

Martorell cree que los recortes marcarán "un poco" el inicio escolar. Y es que este año la Conselleria les ha bajado la asignación 10.000 euros, con lo que llevarán a cabo las labores de mantenimiento "más urgentes" y "se dará prioridad a los recursos para hacer clases". El resto de asuntos tendrá que esperar a que vengan tiempos mejores. "Menos mal que hace dos años hicimos una buena reforma", apunta aliviado.

Julieth Alandete y Leticia García son dos de las estudiantes que ayer hacían exámenes de recuperación. Si todo va bien comenzarán un ciclo de Formación Profesional. ¿Ganas de empezar? "¡Sin comentarios!", dicen riendo.

Lluisa Palomero, tutora de 2º de ESO, sí espera con ganas el día 13 para reencontrarse con sus alumnos. Enumera la larga lista de tareas que tienen por delante para estos ocho días previos: "Corregir los trabajos de verano y los exámenes de recuperación, mirar y ver el caso de cada estudiante, reestructurar los grupos....". Resume: "La planificación es súper necesaria para que las cosas funcionen bien".