Marina y Pablo cobran casi un 2% más hoy que hace un año. O eso dice su nómina de camareros de temporada en Magaluf y Playa de Palma. Pero no ellos. Ni su cartera. "Me han subido el sueldo lo que dice el convenio, eso es verdad, pero hemos perdido todas las horas extra que antes cobrábamos y ahora no. Antes nos las pagaban en negro. Yo las pedía así porque me compensaba más. Pero ahora las horas extra ya no se pagan ni en negro", relata Pablo, un valenciano que a los 27 años es ya un veterano de la temporada alta mallorquina. "Llevo viniendo cinco años porque pagan mejor aquí y hay trabajo, aunque este año está peor. En agosto estamos más o menos igual que otros años. Hay un montón de gente. Pero somos menos currando y tocamos a más horas extra, que ahora son horas gratis".

Su historia es muy parecida a la de Marina, una catalana de 33 años que lleva seis veranos sudando la gota gorda en las terrazas diurnas y las fiestas nocturnas del agosto mallorquín. Camarera, bailarina y relaciones públicas, sus jornadas de trabajo son un permanente ejercicio de contorsiones a la carrera. "A veces me llaman con dos horas para trabajar por las noches, y voy. Eso se suele pagar en negro. A mi no me importa eso, lo que me parece un abuso son las horas de más que me como en mi trabajo con nómina [el diurno] sin que me paguen ni la mitad".

Comparten su queja en los sindicatos, en los que aseguran que oficialmente los 160.000 trabajadores ligados al convenio de la hostelería ganan hoy más que hace un agosto, pero reconocen que las plantillas son más cortas y los horarios más exigentes. "Las empresas se aprovechan de la situación para apretar. Donde había tres trabajadores ahora hay dos y el mismo trabajo. Las plantillas merman y los datos del paro, que no mejoran, tienen que ver con eso. Algunos se aprovechan de los apuros de la gente para presionar de forma brutal al trabajador", afirmaba desde la Federación de Hostelería de UGT Antonio Copete. La temporada acababa de comenzar, pero el tiempo le ha dado la razón.

Lo ratifica el presidente de la Asociación de Autónomos, que advierte de que en casi ningún sector se pagan ya horas extra. Ni en negro, ni en blanco, ni en moneda extranjera. Simplemente en la mayoría de empresas no hay volumen de trabajo como para que sean precisas las horas extra. En la España en la que casi todo el mundo sabe ya lo que es un ERE (Expediente de Regulación de Empleo), los excesos laborales se ciñen al turismo de playa y terraceo. "Supongo que algunos están pagando más en negro, pero no creo que sea por horas extra. Antes algunos teníamos gente que hacía dos extras al día, un sobresueldo importante cada mes que hoy no tienen porque no hay trabajo".

Y el que hay se paga peor. Incluso entre los directivos. "A esos niveles se aceptan salarios un 30 y un 40% más baratos –cuenta Gabriel Carrasco, de CyR Consultores, una de las compañías de selección de directivos de referencia en Mallorca–. Antes no había un gerente en esta isla que cobrase menos de 100.000 euros; ahora cogen el puesto por 60.000. La situación es igualmente complicada para ellos". Claro que a ellos las horas extra les van en el sueldo.