Desde el pasado 27 de julio y sólo hasta el próximo 24 de agosto los aficionados al videojuego virtual Mendigogame podrán cometer sus tropelías y amasar una buena cantidad de sus monedas ficticias, las chapas de las botellas, por las calles de Playa de Palma y alrededores.

Se trata de la versión Mendigogame Mallorca para que los usuarios de este juego alemán que no han podido desplazarse físicamente a la isla, puedan hacerlo de una manera virtual y bastante más económica. Y esta posibilidad ha calado porque se habla de que más de cincuenta mil usuarios germanos ya están enganchados a esta versión. El premio al que más chapas acumule no es otro que la coronación como el rey del casco de la cerveza.

Este juego, que nació hace unos tres años y que vivió su mayor auge hace dos, cuando contó con casi dos millones de usuarios en Alemania, consiste en adoptar la personalidad de un mendigo, un sin techo, y sobrevivir por las calles sin un chavo y razonablemente borracho, ya que en un estado sobrio el malhumor del personaje virtual se acrecienta considerablemente.

El jugador ha de agenciarse un animal de compañía, aunque no necesariamente convencional: puede ostentar este rol hasta una cucaracha. Tiene que asegurarse un lugar donde pernoctar y, como ya se ha mencionado, mantener un tono adecuado de embriaguez para que el humor no se le agrie. También debe buscarse alianzas con otros mendigos y formar una suerte de banda lo suficientemente poderosa como para evitar ataques de otros grupos de sin techo.

El juego, como la vida misma, se mueve con dinero. En este caso la moneda virtual son las chapas de las botellas de cerveza. Y una buena manera de obtenerlas consiste en vender los cascos de estas bebidas. En Alemania, como en España no hace tanto tiempo, la devolución de las botellas de vidrio en los comercios implica la devolución del depósito que previamente has hecho para poder llevártelas. Otra fuente de ingresos puede ser el robo de carteras, aunque todo depende de tu habilidad y discreción virtual.

Todas estas normas regulan el Mendigogame habitual, pero también se aplican en la versión rápida del juego que tiene como escenario la isla de Mallorca. Fuentes consultadas señalan que esta versión se trata de un intento de conseguir que el "núcleo duro" de los fans de este juego continúen enganchados a él ya que su popularidad en Alemania pasa por horas bajas.

En Mallorca, el videojuego virtual tiene algunas lógicas modificaciones: el mendigo puede pasearse por Playa de Palma y sus "barrios" aledaños como Can Pastilla, Cala Estancia, es Pil·larí, sa Casa Blanca, s´Arenal o... es Vivero. También se puede cambiar la cerveza por una más refrescante y veraniega sangría. Otra forma de obtener "dinero", aparte de la devolución de cascos y el robo de carteras, pasaría por hacer enormes castillos de arena y recaudar unas monedas por su simple contemplación por parte de los viandantes.

Los creadores de este juego son dos jóvenes de 21 años, Marius Follert y Niels Wildung, que ya han tenido que salir al paso en más de una ocasión por las críticas recibidas por lo que se considera una burla a un sector de la población muy desfavorecido y de las que se han defendido alegando que se trata de un juego con una fuerte carga satírica.

Peleas aseguradas

Marius Follert confiesa que decidió incluir la sangría en su versión del mendigogame mallorquín tras una estancia en Cala Rajada y advierte "que no serán tranquilas estas cuatro semanas en Mallorca" anticipando una posible reyerta a gran escala entre varias bandas de mendigos supervivientes en el verano isleño.

Algo no cuadra en este juego virtual. Si de repente amanece un día lluvioso en Playa de Palma y el mendigo virtual necesita un paraguas que cuesta ni más ni menos que quince chapas, siempre se puede hacer una transferencia nada virtual de 4,99 euros para obtener de inmediato un crédito de cien chapas.

Estos ingresos, junto a los publicitarios, han servido para poner en marcha programas de inserción social para estos sectores desfavorecidos en Alemania y Follert no descarta destinar parte de los fondos recaudados con la versión mallorquina a algún proyecto en Mallorca "siempre que se nos ofrezca algo interesante".

Mientras tanto, el juego continúa hasta que a su conclusión, el próximo 24 de agosto, se proclame sobre qué testa se pondrá la corona del reino del casco de la cerveza, un título honorífico que no reportará más ventaja que el prestigio y el eterno reconocimiento de los fieles seguidores de este juego virtual en ciudades como Hamburgo, Berlín o Munich.