"No se te ocurra presentar factura al PP". Dos de los empresarios detenidos por su relación con la trama Ibatur declararon ante el juez las presiones que recibieron del entorno de la conselleria de Turismo para que trabajaran prácticamente gratis para el Partido Popular. Así lo aseguró Bartomeu Morey, dueño de la empresa Centro de Comunicación Creativa, que realizó varios trabajos para el Partido Popular y que ni siquiera se atrevió a elaborar una factura ya que, a cambio, estaba siendo contratado por Ibatur, en contraprestación también del pago de comisiones.

Morey elaboró unas lonas para una fiesta que el PP celebró en una conocida discoteca del Paseo Marítimo. También hizo otras lonas en la caseta de la Feria de Abril y en una presentación que el partido realizó en Valldemossa. El precio de estos trabajos no se sabe, entre otras cosas porque las asumió el propio empresario que los realizó. "Alía [el director gerente de Ibatur que dejó el cargo tras el escándalo del club de alterne Rasputín] me dijo que lo dejara, que no se me ocurriera presentar facturas. Esto vale más que no lo cobres", advirtió Alía al empresario.

Morey también ha denunciado que se veía obligado a pagar comisiones a Juan Carlos Alía, quien se encuentra en estos momentos en prisión. El empresario asegura que le pagó comisiones a Alía de hasta el 15 por ciento de todos los trabajos que hacía para Ibatur, y que siguió entregándole el dinero tras su salida de la conselleria. También ha denunciado que Raimundo Alabern recibió comisiones de su empresa, si bien en un porcentaje mucho menor. "Es habitual en la administración que se paguen comisiones. Si quieres trabajar tienes que pagar. Estoy convencido de que si no hubiera seguido pagando no hubiera trabajado", manifestó el empresario, quien tenía anotado en su contabilidad las iniciales J.A. [en referencia a Juan Carlos Alía] y R. [por Raimundo Alabern] para señalar las comisiones que habría abonado a los dos directores de Ibatur en la época del PP.

El propietario de esta empresa de publicidad, que se encargaba de editar todos los folletos de promoción que realizaba Ibatur, denunció que había recibido presiones de los dos directivos de la conselleria de Turismo. "Alía me dijo que no dijera nada y también me lo dijo Alabern personalmente". El empresario tuvo un encuentro con Alabern en un parque del Pont d´Inca cuando fue detenido el asesor jurídico de Ibatur, Miguel Ángel Bonet. "Me dijo que tuviera cuidado con todo esto", explicó. Al explotar el caso Ibatur recibió otras presiones. "Alía me dijo hace tiempo que no dijera nada" y después de declarar en el juzgado le insistió en lo mismo. "Le indiqué que en el juzgado le había manifestado que no había cobrado nada y que las facturas de asesoría (con las que Alía habría camuflado las comisiones) eran por importes de trabajo".

Otro de los empresarios que tampoco se ha mostrado muy interesado en cobrar las cantidades que le debe el Partido Popular es el dueño de Espiral, la empresa que realizó todo el seguimiento audivisual de la última campaña electoral del PP. Guillermo Deyà, el propietario de esta empresa, ha negado que hubiera pagado comisiones, si bien la Policía cree que lo ha hecho al realizar casi gratis la cobertura de la campaña electoral, hecho que también niega.

Deyà señaló que fue Fernando Areal quien le contrató para que se encargara de la campaña, con un presupuesto que ascendía entre 50.000 y 70.000 euros. Sólo ha cobrado 15.000 euros. "He reclamado el dinero muchas veces a Areal y me dijo que me lo pagarían". Al dejar el cargo el cuñado de Matas, siguió reclamando el dinero a la nueva gerencia del PP. La última vez que exigió el pago de la deuda fue durante el último congreso del PP. "La gerente me dijo que me lo pagarían, que me harían un reconocimiento de deuda", si bien todavía no ha cobrado el dinero y ya no fue el responsable de organizar el último congreso del PP. Sí ha percibido en cambio los 84.000 euros públicos que recibió por realizar un seguimiento diario durante año de las actividades de la ex vicepresidenta del Govern, Rosa Estarás. "Si llevas a un partido político al juzgado te sentencian de por vida y no vuelves a trabajar. Es muy feo llevar a un partido al juzgado", reconoció.