"Hago regalos a todos los partidos políticos, no lo veía tan mal, ahora lo veo de otra manera, quizás no lo haría", admitió el dueño de la empresa de eventos Trui, Miquel Jaume, en su declaración judicial por el "caso Ibatur", aunque opinó que estos obsequios no influyen en los concursos públicos.

Jaume compareció como imputado el pasado julio ante el juez instructor de este caso, Juan Ignacio Lope Sola, que investiga el supuesto desvío de fondos públicos del Instituto Balear del Turismo (Ibatur) mediante contratos irregulares, cuando este organismo público fue gestionado por el PP en la pasada legislatura.

El empresario añadió que no cree que estos regalos, que normalmente son instalaciones de sonido "para bodas o comuniones", "influyeran o influyan en los concursos públicos" y defendió que siempre ha ganado sus contratos por concurso.

"He hecho algún regalo a políticos -abundó Jaume en el interrogatorio-, también a alguno del PSOE. Por ejemplo, invitaciones para los conciertos de Sabina, Alejandro Sanz, me piden 20 o 30 entradas. Son pequeñeces".

Jaume reconoció que realizó otros regalos a cargos públicos, como el ex alcalde del PP de Montuïri Joan Antoni Ramonell, a cuya mujer le hizo el "obsequio" de pagar el montaje técnico de sus bodas de plata en un restaurante propiedad del promotor y ex presidente del Mallorca, Vicente Grande.

Otro de estos regalos, según Jaume, fue el sonido de la boda del hermano del ex gerente del Ibatur, Raimundo Alabern -imputado en este caso-, aunque el dueño de Trui lo justificó en que el contrayente fue al colegio con su hijo, aspecto que el propio hermano de Alabern negó en el juzgado al afirmar que no conoce a Jaume.

La Policía sospecha que Jaume tuvo un trato de favor hacia Alabern montando la instalación luminosa y sonora para amenizar esta boda, un montaje que, según la documentación intervenida por los investigadores, tuvo un coste de 2.600 euros del que el novio abonó, como mucho, 1.100 euros.

Aunque el hermano de Alabern declaró ante la Policía que contrató con Trui porque le presentó el presupuesto más barato, no pudo acreditar con facturas que había abonado los costes del servicio de Trui. No obstante, el ex director de Ibatur insistió ante el juez en que él no supo de este contrato hasta la víspera del enlace.

Los investigadores también preguntaron a la esposa de Jaume, copropietaria de Trui, sobre la rebaja en 18.700 euros (el 76% del coste total) del coste de la instalación de sonido e iluminación para un acto electoral de UM, descuento que la empresaria no considera un regalo, "sino un ajuste de precio".

La Policía puso de manifiesto en el interrogatorio que Trui solo cobró a UM por ese acto los poco más de 6.000 euros que costó a la empresa productora de espectáculos subcontratar parte de los servicios que prestó, hecho que la esposa de Jaume no pudo explicar.

En su declaración judicial, Miquel Jaume también aludió a campañas electorales e indicó que su empresa ha participado en multitud de ellas, "desde Felipe González, luego Fraga, luego UM y PSM, todos", y que ha "regalado alguna vez cuatro sillas, poca cosa".

Después de responder a varias preguntas sobre campañas de UM en Alcudia y Palma en las que presuntamente pagó dinero en negro, así como sobre algunos pagos al PSOE y al PP, el juez le preguntó por qué protegía a estos partidos, a lo que respondió: "A lo mejor tengo miedo y tengo que cerrar mi empresa, es una pena que una empresa de 35 años se vaya al garete por una cosa así".

Jaume también fue preguntado acerca de una anotación en la que figuraba: "Dolça Mulet (ex consellera insular de Deportes de UM), 2 días 97.000 euros". Manifestó que no la entendía y negó que fuera un regalo.