El teléfono de emergencias 112 está registrando este año una media de casi 60 llamadas mensuales relacionadas con casos de violencia contra mujeres, según los datos facilitados por la conselleria de Interior. Durante el primer semestre de este ejercicio se han contabilizado un total de 352 de estos incidentes, siento los más numerosos los tipificados como peleas domésticas, con 119 casos, seguidas de las agresiones físicas, con 81, y los casos de maltrato, con 33. Destacar que 22 de estas llamadas estuvieron relacionadas con el quebrantamiento de alguna orden de alejamiento dictada por un juez.

En ocasiones, la barrera que separa este tipo de categorías es muy delgada. En concreto, desde este servicio de emergencias se subraya que en el caso de las peleas domésticas, la llamada suele proceder de algún vecino que oye como se registran gritos en el domicilio donde se está produciendo el incidente, sin poder especificar a la hora de dar la alarma si se trata de un caso de violencia verbal o también es de carácter físico. Por su parte, el capítulo de agresiones físicas incluye en muchos casos la alerta de una persona que ha visto como la víctima estaba siendo golpeada.

En este listado de incidentes aparece también una agresión sexual, 30 casos de amenazas, siete solicitudes de asistencia médica en domicilio (estas llamadas las suele hacer la víctima o alguna persona que está con ella después de que se haya consumado la agresión), una en la que se reclamó la presencia de un psicólogo, y un caso de pelea en la vía pública, por citar otros ejemplos.

Un aspecto que se pone de relieve es que el hecho de que se hayan registrado 352 incidentes en esos seis meses no implica que la cifra de víctimas sea similar, sino que una misma mujer puede estar relacionada con más de un suceso, dada la elevada tasa de reincidencia que se suele dar en estos casos.

La consellera de Asuntos Sociales, Fina Santiago, apuntó la evolución al alza que se está dando en materia de agresiones a mujeres, y vinculó parcialmente este hecho a la actual etapa de crisis económica, en clara oposición a otras voces que aseguran que no existe relación entre ambas situaciones.

Para empezar, la consellera destacó el elevado número de mujeres asesinadas por sus cónyuges o ex parejas que no habían interpuesto ninguna denuncia previa contra ellos. En su opinión, este hecho tiene una de sus bases en el aumento de las mujeres que han pasado a depender económicamente de su marido, al haber perdido su sueldo tras pasar al paro o haber visto sus ingresos notablemente menguados.

Pero además, apuntó que cuando una mujer que antes trabajaba pasa a estar más horas en su hogar, en ocasiones se desata la paranoia del varón respecto a qué ha hecho a lo largo del día. "En estas situaciones aparece el componente patriarcal –afirma Fina Santiago– que lleva al hombre a ver a la mujer como algo suyo que debe controlar", lo que facilita que se inicie el conflicto.

En cualquier caso, lamentó el que se haya entrado en una fase de "relajación" ante este tipo de situaciones, que explica también el que muchas de las víctimas no hubieran presentado previamente ninguna denuncia contra su agresor. Y recordó que este tipo de situaciones no son protagonizadas exclusivamente por personas de elevada edad que fueron educadas durante los años del Franquismo y en un entorno más "machista", sino que aparecen vinculadas personas de 20 y 30 años que inicialmente deberían de tener inculcado un mayor respeto entre sexos y que han recibido su formación en democracia.

La titular de Asuntos Sociales recordó también que Balears presenta una tasa de denuncias por violencia de generó superior a la media estatal, pero indicó que este hecho no es necesariamente negativo, ya que implica que existe entre las mujeres de las islas un mayor nivel de concienciación respecto a la importancia de perseguir estos comportamientos y una menor dependencia económica en relación a los cónyuges.

El aspecto negativo es que una parte de estas denuncias vienen de la mano de personas procedentes de otros países en los que la cultura respecto a la relación entre hombres y mujeres es similar a la que podría existir en España durante los años 60.