Mallorca acogerá a la primera dama de Estados Unidos durante unas pocas horas del domingo 8 de agosto, tiempo que aprovechará para reunirse y almorzar con los Reyes en Marivent. Las previsiones con las que se trabaja en estos momentos apuntan que Michelle Obama aterrizará en la base militar de Son Sant Joan cerca del mediodía de esa jornada, para desde allí desplazarse hasta la residencia estival de la Familia Real, y abandonar la isla por la tarde. Para ello, desde Madrid se traerán los coches blindados que conformarán la comitiva estadounidense y en los que la esposa del primer mandatario americano se desplazará por Palma.

Fuentes consultadas por DIARIO de MALLORCA apuntaron que los detalles de la visita de Michelle Obama se abordarán en la junta que se celebrará el próximo lunes en la capital balear, en la que participarán responsables de la Administración española, como el delegado del Gobierno, Ramon Socías, y responsables de los Cuerpos de Seguridad en las islas, además de personal de la Embajada estadounidense en Madrid. Sin embargo, existen ya suficientes experiencias anteriores como para conocer el dispositivo de seguridad que se va a desplegar en torno a la primera dama.

Para empezar será el propio personal norteamericano el responsable de diseñar las medidas para salvaguardar la seguridad de Michelle Obama, aunque siempre en colaboración con las autoridades españolas. De este modo, agentes de Información estadounidenses se desplazarán a la isla para hacer una inspección del recorrido entre la base militar y Marivent, y trabajarán en colaboración con sus homólogos españoles. Sobre este punto, se recuerda que en Mallorca se encuentra ya todo el dispositivo de seguridad que rodea a la Familia Real para participar en este operativo.

Un aspecto que se destaca es que el hecho de que la primera dama llegue a Mallorca un domingo y con la mañana ya avanzada facilitará todo el operativo para la vigilancia durante su traslado, ya que a esas horas "la gente ya está en la playa, y su marcha tendrá lugar antes de que se haya producido el regreso a la ciudad", según se apunta.

Igualmente, se pone de relieve que días antes llegarán a Palma los vehículos en los que la esposa de Barack Obama realizará el recorrido, dadas las características especiales –como el blindaje– que éstos deben tener. En este caso, la función de los Cuerpos de Seguridad españoles será la de custodiarlos hasta que sean ser utilizados.

En este tipo de operativos, se estima que la visita de la primera dama a la isla conllevará la participación de unas 70 personas dependientes de la Administración americana, tanto por lo que se refiere a personal de seguridad como al de su gabinete personal.

Pero también la Policía Nacional y la Guardia Civil tendrán un papel activo en todo este dispositivo. Así, en este tipo de visitas se cuenta con la participación de unidades especiales como los Tedax (técnicos especialistas en la desactivación de artefactos explosivos) o las que se encargan de inspeccionar el subsuelo, además del papel fundamental que juega el personal de la brigada de información o las unidades de intervención.

Según los sindicatos policiales, en un operativo de estas características la cifra de agentes policiales y de la Benemérita que pueden llegar a colaborar se acerca a los 200, ya que además de los más "visibles, como los que se encargan de controlar rotondas y otros puntos del recorrido, hay que sumar todos los que colaboran en las citadas unidades especiales.

Un aspecto que todavía debe determinarse es qué autoridades isleñas acudirán a recibir a Michelle Obama, ya que aunque en casos anteriores a pie de pista han estado el delegado del Gobierno y el president de la Comunidad Autónoma, en esta ocasión se da la circunstancia de que el aeropuerto de Palma no será el punto de entrada en España –previamente la primera dama habrá pasado unos días de descanso junto a su hija pequeña y unos amigos en Marbella–, lo que tiene otra consideración en materia de protocolo.

Una vez en Marivent, se apunta la elevada probabilidad de que el menú incluya un plato de pescado, ante la conocida predilección de la Reina por este plato.