A pesar de que La Roja se encuentra en Sudáfrica, Mallorca ha cambiado el balón por la calculadora para celebrar su propio campeonato durante estos últimos cinco días. La selección española, no de fútbol, sino de matemáticas ha estado en la isla compitiendo en la XXI Olimpiada Matemática Nacional. Los sesenta mejores jóvenes en esta materia del país han recorrido las zonas emblemáticas de la isla en busca de aplicaciones matemáticas. Han encontrado números escondidos en La Seu, la Cartuja de Valldemossa, en Sóller, en el Castell de Bellver e, incluso, en la Dragonera.

Los chicos han hecho turismo pero con ojos matemáticos. Y es que uno de los objetivos de la olimpiada es fomentar entre los estudiantes de Segundo de ESO el gusto por las matemáticas y presentar una visión complementaria y más realista de la materia. Ayer estos 60 jóvenes acompañados por unos veinte profesores procedentes de todas las comunidades buscaron los números entre las capillas, los arcos, los pilares y los rosetones de La Seu. Aprendieron a dibujar arcos y a construir un arco romano y uno catenario para comprobar las diferencias. En la capilla de Barceló descubrieron que los números también se aplican a la religión. De hecho, una de las profesoras explicó que cuando una palabra se repetía tres veces en la Biblia significaba que era muy importante porque, según cuentan los teólogos, en aquel entonces no se podían repetir las palabras porque no había mucho papel y no podían malgastarlo. También hicieron cálculos en torno al número 153, que hace referencia a la pesca milagrosa en el mar Tiberíades en una de las apariciones de Jesús a sus discípulos tras la resurrección. Tras una noche sin pescar nada, el Señor les aconsejó echar las redes a la derecha y recogieron 153 peces. Descubrieron que se trata de un número narcisista, triangular, hexagonal y al que pueden aplicar el número de Friedman.

La Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas convoca año tras año esta olimpiada que en esta edición se ha celebrado en la isla. El programa ha sido organizado por la Sociedad Balear de Matemáticas Xeix. Daniel Ruiz es uno de los profesores encargados de preparar las actividades, que sirven para aprender sobre la materia fuera de las aulas y los libros. Así les han presentado una visión más realista de la matemática. Los estudiantes han pensado individualmente pero también en equipo. En la gincana de Sóller tuvieron que resolver problemas matemáticos que les obligaron a aplicar diversas estrategias de pensamientos. Se han divertido. Las actividades en las calles de Sóller han sido de las que más han emocionado a los chicos. Calcularon el volumen de la iglesia del pueblo y resolvieron cuántas piedras son necesarias para empedrar un callejón. Así lo relataron Diego Santolaya de La Rioja, Antonio Valdivia de Andalucía y David Rodríguez, que se pensaban que las visitas serían simples excursiones y no se esperaban que pudieran aprender matemáticas mientras hacían turismo. Los números también los trasladaron a la Dragonera para ver in situ el meridiano de París, que pasa por la pequeña isla. Algunos como Iker Narbona del País Vasco no se sorprendió de que los cálculos estuvieran detrás de casi todas las cosas

Estas jornadas han fomentado el espíritu cooperativo y favorecen las relaciones de amistad entre jóvenes de distintos puntos del país. Y es que la convivencia entre estudiantes apasionados por los números es lo que más ha gustado a los jóvenes. La Olimpiada se clausuró ayer en un acto en el Parlament. Los sesenta mejores estudiantes de matemáticas del país podrán seguir profundizando en los números gracias a la calculadora gráfica que les regalaron.