La campaña preelectoral ya ha arrancado. Lo ha hecho con un único tema sobre la mesa: la crisis económica. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se trasladó ayer a Palma para asistir a la primera Convención Municipal de los Socialistas de Mallorca, un acto que reunió a unos 700 militantes. El socialista rebatió las críticas vertidas por los populares ante la gestión del Gobierno en esta virulenta crisis económica y aprovechó el acto para argumentar cada una de las decisiones tomadas por el Ejecutivo de Zapatero que "garantizarán el Estado de Bienestar".

"Ha sido una crisis desconocida y hemos tenido que tomar decisiones muy rápidas pero no improvisamos porque el fondo de las medidas se han tomado en la UE y el G20", remarcó. Por ello, invitó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, a que se olvide de sus "ideas geniales" como la de cambiar la Constitución para salir de la crisis y que dé soluciones útiles a la ciudadanía. Rubalcaba aseguró que mientras los socialistas toman decisiones para paliar la mala coyuntura económica, aunque sean impopulares, Rajoy se mantiene "callado" esperando que sea la propia crisis que desgaste a Zapatero y lo lleve a La Moncloa".

Según el ministro, Rajoy "dice a todo que no y todo el mundo se está dando cuenta". Por ello, reclamó un "Mariano, mójate". Recalcó que el viernes fue Rajoy quien "improvisó" al presentar una propuesta basada en decir "no" al impuesto a los bancos y proponer un cambio de la Constitución como si fuera la "panacea". "Como todos sabemos, la Constitución es una ley que se cambia fácilmente y en un plis, plas nos arregla la crisis", ironizó.

En tono serio, recordó que la clave para gobernar es la "responsabilidad", que es defender los intereses del país por encima de los intereses políticos. El ministro argumentó las medidas de Zapatero para superar el batacazo económico. Así, reiteró que los recortes salariales a los funcionarios, la congelación de las pensiones y la reforma laboral se han tomado para "mantener el actual Estado de Bienestar que tanto nos ha costado alcanzar". "Ahora pedimos sacrificios a la gente" pero "lo hacemos para garantizar" el sistema de pensiones, educativo, sanitario... Remarcó que las pensiones mínimas no se tocarán y dijo que la congelación de un año servirá para garantizar las pensiones de los ciudadanos que ahora tienen entre 30 y 40 años.

Tras la crisis financiera, el Gobierno gastó dinero público para evitar que la economía siguiera cayendo. "Tuvimos que pedir dinero para impulsar el Plan de Estabilidad", un dinero que debían retornar en tres años pero que ante el constante subida de los intereses, han tomado estas medidas para finiquitar la deuda en 18 meses. Anunció que habrá nuevos reajustes y pidió de antemano comprensión y un sacrificio a la ciudadanía. "Sabemos dónde vamos, tomamos decisiones no agradables que garantizarán el futuro. No es la primera vez que nos enfrentamos solos a una crisis. España saldrá más fuerte", concluyó.

El president Antich recordó que una de las causas de la crisis fue "el libre mercado autorregulable de Bush, la burbuja de la construcción de Aznar y la corrupción y despilfarro de Matas". Remarcó que los populares "no son la solución de nada, son causa de la crisis. Ya hemos provado sus recetas y el enfermo (la comunidad autónoma) está moribundo". Por ello, extendió la mano al PP y le pidió que "se remanguen" y acepten pactos que permitan a las islas salir de la crisis.

El president del Govern opinó que la primera decisión que deberían tomar el PP es que su líder, José Ramón Bauzá, entre en el Parlament para poder debatir el presente y el futuro de las islas. "Que ejerza de líder y dé apoyo a las propuestas para salir de la crisis", sentenció.