El tren puede tardar varios meses en volver a llegar a Manacor, a la vista de las reparaciones que previsiblemente se van a tener que realizar en el tramo en que se registró el descarrilamiento el pasado 19 de mayo. Desde la conselleria de Movilidad se aseguró ayer que el servicio no se recuperará hasta que no esté "absolutamente" garantizado que no existen riesgos para los usuarios, y se indicó que este problema probablemente no se solventará "ni en uno ni en dos meses".

Según confirmó ayer el conseller Gabriel Vicens, en pocos días se dispondrá del informe definitivo sobre las causas del descarrilamiento del tren en las proximidades de Sineu.

Pero además, desde este departamento se espera también que antes de que acabe este mes se adjudique la elaboración de un nuevo informe sobre el estado del tramo de casi medio kilómetro en el que se registró el siniestro, para lo que se han recibido propuestas de nueve empresas.

El problema radica en que el accidente se produjo por la caída de un muro en una trinchera de 400 metros, y existe el temor de que el resto de la pared que sustenta los terrenos en esa zona también presente deficiencias.

Nuevo estudio y reparación

Eso supone que además del estudio sobre el estado de la totalidad del muro, luego deberá convocarse un nuevo concurso para ejecutar las reparaciones que sean necesarias, de ahí que aunque no se plantee por ahora un plazo concreto, desde la Conselleria se pronostique que la paralización del servicio ferroviario entre Sineu y Manacor se pueda prolongar durante varios meses.

Hay que recordar la gravedad del incidente registrado el mes pasado, ya que en el mismo resultaron heridas 48 personas, según los datos facilitados por Movilidad, una de ellas de carácter muy grave, como fue el caso del maquinista.

Por ello, desde el departamento encabezado por Vicens no se oculta que "nadie quiere arriesgarse" a autorizar que el tren vuelva a circular por la zona donde se produjo el accidente, ante las consecuencias que tendría un nuevo siniestro en ese punto por haber querido actuar con excesiva celeridad.

Cabe recordar que esta misma postura se adoptó en el metro, después de que varias estaciones se inundaran a causa de las lluvias, lo que conllevó unas costosas reparaciones y la suspensión del servicio durante casi un año.