Salvador Tàrraga es el delegado en Balears de la entidad Nofumadores.org, que representa "al 70% de ciudadanos que solicitan espacios libres de humo". Defiende los espacios sin humo porque como padre de una hija con bronquiolitis se siente "discriminado" porque no tiene "la libertad de poder elegir ir a un lugar de ocio libre de humo". El doctor en Biología y Ciencias de la Salud asegura que la reforma de la Ley Antitabaco preservará la salud de los trabajadores de la hostelería, de los niños y de los enfermos cardiorespiratorios.

–¿Qué reclama su entidad?

–La primera reclamación es que con la normativa actual se incumple taxativamente la ley de riesgos laborales en bares y restaurantes porque los trabajadores del 80 por ciento de estos locales no tienen la libertad de poder elegir trabajar en espacios sin humo, cuando en realidad está prohibido fumar en los centros de trabajo. La protección a la infancia es otro de los objetivos de nuestra asociación. Además, el hecho de que una persona pueda ir a un espacio sin humo nos pone a la altura de los países europeos. Las islas viven del turismo y hay 212 millones de europeos que reclaman ocio sin humo.

– Será muy difícil quitar el hábito del café y el cigarrillo.

– La nueva ley ayudará a que la gente se plantee fumar menos. Lo fundamental es proteger a la población del humo del tabaco, que es perjudicial. Los fumadores no se tienen que ver atacados por esta normativa, tienen que comprender que nuestra sociedad quiere estar actualizada con los temas de salud, por tanto, el tabaco no es una excepción.

–La educación es esencial.

– Queremos dar un salto de calidad. Debemos cambiar el verbo molestar por el de perjudicar. Hay que educar en el seno de las escuelas para que sean los niños quienes eduquen a sus padres diciéndoles "no me llevéis aquí porque hay humo". Si lo educativo no llega, hay que pasar a lo normativo.

– ¿Los fumadores dejarán de ir a tomar su café al bar cuando se prohíba fumar?

– Es un bulo. Hay muchos países que adoptaron estas medidas. Al principio se creó cierta alarma, pero la realidad fue que en Irlanda, Italia o Francia la clientela ha repuntado porque la sociedad que estaba discriminada porque había humo ya ha podido ir. Lo prioritario es dar una calidad de servicio. El miedo se generó con la normativa actual porque en unos locales se podía fumar y en otros no. La ley actual genera diferencias, pero con la reforma o todos moros o todos cristianos.

– O todos moros o todos cristianos, pero la reforma permite a los hoteles tener algunas habitaciones para fumadores.

– Nuestra entidad no está de acuerdo en todos los puntos del anteproyecto y este es uno de ellos. Tampoco entendemos que en el psiquiátrico o en la cárcel se deje fumar porque defendemos la salud pública y no queremos que estos grupos tengan menos salud.

– ¿Con la mala coyuntura económica, esta reforma es desafortunada desde el punto de vista económico?

–Es una cuestión que los que están en contra de la ley han utilizado como argumento pero de manera errónea. Me hubiera gustado que en 2006 se hubiera redactado una ley seria y fueran las autoridades sanitarias quienes determinaran dónde se podía fumar, no que lo dejaran en manos de los empresarios de la hostelería.

– ¿Y si hablamos de proteger la salud, no convendría que el Ministerio controlara los aditivos al tabaco?

–Es contradictorio. Se habla de más de 4.000 sustancias en los cigarrillos. La entidad debe ir paso a paso y primero es proteger la salud de los ciudadanos pero no podemos entrar en que el gobierno es quien hace negocio con las tabacaleras.