¿A quién no le apetece trabajar para una empresa tan grande y poderosa que sabes que no va a quebrar nunca y que nunca te echará a la calle? Ser funcionario es algo que se ha pasado por la cabeza de prácticamente todas las personas en edad laboral y más ahora, con la que está cayendo. No sólo los trabajadores veteranos más quemados suspiran por una plaza en la Administración: a día de hoy, seis de cada diez jóvenes suspiran por trabajar en la Administración Pública al ver que el mercado laboral no tiene ningún hueco que ofrecerles.

La minoría, ´los otros´, aquellos que no quieren trabajar para el Estado o el Govern, parecen unos valientes, especialmente aquellos que intentan ´el más difícil todavía´ y se lanzan a montar o mantener una empresa propia: los jóvenes empresarios. Son minoría, pero existen. Lo pasan mal con la crisis pero luchan por sobrevivir. Se arriesgan porque quien no arriesga no gana.

Ahora la Universitat de les Illes Balears les ha creado un club, para que luchen juntos y también para que el mundo empresarial esté más presente en los pasillos y aulas, para que los alumnos no vean tan descabellado lanzarse al negocio propio. El Club Empresaris UIB, una iniciativa de la Cátedra Bancaja, busca juntar a todos estos ´locos´ que quizás no están tan locos.

Al acabar sus estudios, más del 70% de los diplomados y licenciados de la UIB cree que tiene una buena idea para montar un negocio. El porcentaje de los que al final se ponen manos a la obra es bastante más reducido, explica Julio Batle, director de este nuevo club que busca que esa proporción aumente colaborando con la asociación de Joves Empresaris.

Meryem y Nancy tuvieron una buena idea. Y no se desanimaron. Hace dos meses que Meryem Harhar, de 27 años, y su madre, Nancy Cardozo, de 50, se lanzaron a la aventura empresarial. Quisieron comprar una empresa de servicio doméstico, pero se dieron cuenta de cuánta razón tenía Gracita Morales cuando decía aquello de ´uy, ¡cómo está el servicio!´ al encontrarse con un sector muy mal gestionado y con muchos vacíos.

Esta joven licenciada en periodismo y su madre han creado un bolsa de trabajo de personal para realizar trabajos de limpieza del hogar, atención a personas mayores, mantenimiento de jardines, cuidado de mascotas... Aquellos que necesitan un servicio de este tipo acuden a ellas para encontrar una persona preparada y de confianza. Ellas previamente han entrevistado a los aspirantes (mujeres en su mayoría) y han comprobado sus referencias. Proponen al cliente una serie de candidatos y cobran un porcentaje según lo preparada que esté la persona que finalmente se contrate. Cuanto más formada esté, más cobrarán ellas.

MHC (My Home Care) es "la primera empresa del mundo que cobra según el perfil del trabajador contratado", indica Meryem, quien remarca además la calidad de un servicio con gente que "tiene papeles, referencias y que tienen que aprenderse el estatuto que regula el trabajo del personal doméstico". Además, MHC vende bonos con horas de trabajo y cualquiera puede regalar a un amigo cuatro horas de limpieza del hogar, o cuatro horas de cuidado de los críos; regalar, en fin, "horas de respiro". De momento, ya hay 300 personas en la bolsa y además ya han firmado convenios con el Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFOF) y el Servicio de Acogida y Promoción Sociolaboral SAPS del ayuntamiento de Palma. La web está en marcha y el local ya está abierto y Meryem y Nancy hoy sonríen porque hacen las cosas "a su manera". El principio, cuando había que conseguir el dinero, fue duro y sin el aval de su familia para lograr el préstamo bancario no lo hubiesen conseguido. "No hay apoyos, cero subvenciones...todo es muy complicado", asegura Meryem.

Ella hecha en falta ayudas. Pero según Batle "hay más de las que se piensan, y hay muchas entidades dispuestas a ayudar". Irene Llull, presidenta de Joves Empresaris, aparece en escena para reforzar esta idea con un ejemplo concreto: los préstamos sin aval acordados entre la Confederación de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y la empresa de capital público ENISA, que concederá créditos de hasta 50.000 euros a los emprendedores "con la única garantía de su proyecto".

"Al acabar la carrera no sabemos cómo se monta una empresa, ¡casi ni sabemos lo que es una factura!", dice Llull quien destaca que el Club Empresarios UIB para que haya más conexión entre los universitarios y la empresa. Alrededor de 400 empresarios son socios de la agrupación que preside Llull y de ellos, un porcentaje "elevadísimo" son titulados de la Universitat.

Los socios quedan para ayudarse los unos a los otros, comparando experiencias y problemas, planteándose posibles negocios conjuntos. Lo llaman "sesiones de networking", pero también podrían conocerse como "terapia de grupo" en tiempos de crisis, reconoce Llull. La mayoría de empresas de los socios están dentro del sector servicios, pero despuntan algunos "nuevos yacimientos de oportunidades" a tener en cuenta: nuevas tecnologías, atención y cuidado de personas y medio ambiente. Llull cree que innovar es fundamental: "No inventes la rueda, porque ya está inventada".

Oído cocina. Francesc Garcies, de 26 años y aún cursando Biología, y Pere Soberats, abogado de 28 años, apostaron por el medio ambiente y les está saliendo bien la jugada con GRAM, Gestión de Recursos Ambientales, empresa que arrancó hace cinco años y que da trabajo a unas siete personas (aunque la plantilla es muy variable).

"Nos animamos por nuestra experiencia laboral en el sector, vimos que había demanda", señala Francesc. Hacen talleres de educación ambiental, gestionan la Agenda Local 21 de varios ayuntamientos, llevan temas de consultoría ambiental... y les va bien. Para ser emprendedor, apunta Francesc, no sólo has de ver la oportunidad, "también has de tener el valor para afrontarla y además has de disfrutar". Para él, sino disfrutas "la empresa no tira para adelante".

Francesc se ha lanzado a la empresa aún sin haber acabado la carrera. Un 4% de los estudiantes monta su negocio justo después de graduarse, pero, según Batle, cuando uno ya se mete en la faena de crear un imperio o mini-imperio empresarial lo es mejor contar "con algo de experiencia laboral y más autoestima profesional". Por eso el término ´joven empresario´ es aplicable hasta los 40 años.

Y ahí encaja Antoni Monjo, de 37 años, que es vicepresidente de Joves Empresaris y dirige junto a otros dos socios Planet Web, una agencia de comunicación online creada en 2006 y especializada en el diseño de páginas web y el marketing en internet para hostelería. También trabaja en la empresa FORH, dedicada a mejorar la gestión potenciando el capital humano, y cree que al trabajar por tu cuenta "te sientes mejor contigo mismo a nivel profesional y vives más al día". ¿Cualidades del buen empresario? "Ser proactivo, responsable...".

Las dos empresas de Antoni tienen la sede en el Parc Bit, ese mundo aparte que la UIB quiere convertir en un campo de cultivo de empresas y cuyos edificios se van llenando, aunque sea poco a poco. La universitat quiere encajar ahí sus spin off o empresas derivadas, que nacen para explotar alguna patente fruto de la investigación. Alog que ayudaría mucho a renovar el tejido empresarial de las islas la existencia de más bussines angels, personas adineradas que invierten sus propios fondos en las empresas recién nacidas. Los inversores ángeles no actúan de forma desinteresada: aportan capital a cambio de acciones ya que van a la empresa grandes posibilidades de crecimiento. Según Batle, Balears podría ser "el paraíso de los bussines angels a nivel europeo". De momento, existe de manera "incipiente".

A Alberto Cánovas no le ha tocado enfrentarse a la difícil situación de buscar el dinero para arrancar de cero con una empresa, pero el reto que le cayó encima también es para ponerse a temblar: dirigir y mantener vivo el imperio familiar del disfraz, Eurocarnavales. Alberto, de 33 años, entró como gerente hace cinco años y hoy dirige con temple esta empresa con más de 25 años de tradición y cuyos artículos llegan a todo el país e incluso por el Caribe, donde tiene un distribuidor exclusivo.

Este licenciado en Administración y Dirección de Empresas de la Universitat cree que trabajar por cuenta propia tiene dos caras: "Complicaciones, pero también recompensas". ¿Ser empresario es sinónimo de valiente? "Por supuesto" ¿Es sinónimo de suicida? No. Los 3.000 titulados de la UIB que son hoy empresarios en nuestras islas demuestran que quien no arriesga no gana.

Meryem Harhar y Nancy Cardozo

M.H.C. (my home care)

Una nueva visión del servicio doméstico. Esta madre e hija comenzaron su negocio en enero. Ponen en contacto a personas que necesitan servicio doméstico (desde limpieza o jardinería a cuidado de personas mayores) con candidatos a cubrir el puesto (tienen 300 personas en su bolsa de trabajo con un perfil adecuado y referencias contrastadas ). Cobran al cliente según el nivel de formación que tenga la persona contratada.

Antoni Monjo

Planet web y Forh

Aprovechando las ventajas de la web. Monjo, vicepresidente de Joves Empresaris, se incorporó hace dos años a Planet Web, una agencia de comunicación online creada en 2006, especializada en el diseño de páginas web y el marketing en internet para hostelería. También trabaja en la empresa FORH, Formació i Recursos Humans, dedicada mejorar la gestión potenciando el capital humano. Ambas tienen sede en el Parc Bit.

Francesc Garcies y Pere Soberats

G.R.A.M. (GESTIÓ DE RECURSOS MEDIAMBIENTALS)

Bien situados en un yacimiento de oportunidades. Francesc Garcies y Pere Soberats, casi biólogo y abogado respectivamente, tenían experiencia en empresas relacionadas con el medio ambiente y se dieron cuenta de que había demanda. Crearon GRAM y ahora son ellos los que gestionan la Agenda Local 21 de los ayuntamientos, imparten talleres de formación... Para Francesc es fundamental "disfrutar con lo que haces".

Alberto Cánovas

EUROCARNAVAL

Dirigiendo con temple el imperio familiar del disfraz. Conseguir el dinero para arrancar una empresa es tarea ardua, pero tener sobre los hombros la responsabilidad de mantener un imperio familiar con más de 25 años de tradición es un reto que no todo el mundo aceptaría. Alberto Cánovas sí lo hizo y dirige con temple Eurocarnavales, cuyos artículos llegan no sólo a cualquier punto del país, sino también hasta el Caribe.