Seis de cada diez isleños opinan que el número de inmigrantes que residen en Balears es excesivo, una opinión especialmente implantada en Mallorca y en Eivissa, según se destaca en la última encuesta realizada por la Fundación Gadeso. Entre los aspectos que se destacan hay que citar la tendencia a alza en el número de personas que mantienen esa opinión –se ha pasado del 55,7% de febrero de 2008 al 60,3% de este mes de marzo–, pero muy especialmente el que la mayoría de los encuestados afirma que los inmigrantes que han regularizado su situación están ocupando puestos de trabajo que antes pertenecían a la población autóctona (un 60% de las personas entrevistadas), y que aquellos que se encuentran en situación irregular están generando delincuencia (54%).

En estos momentos un 75% de los isleños tienen una opinión negativa de los extranjeros que se encuentran legalmente en Balears, alegando esa competencia laboral, la saturación de los servicios públicos y una presunta falta de voluntad de los primeros a integrarse con los españoles.

Por contra, un 25 de los baleares cree que los inmigrantes con papeles juegan un papel positivo, ya que realizan labores que los autóctonos no quieren llevar a cabo y mejoran la situación de las arcas de la Seguridad Social, al tiempo que se mantiene que la diversidad es un hecho positivo.

Este desequilibrio se ve agravado por el hecho de que en febrero de 2008 eran un 55% los que mantenían una opinión negativa, frente al 75% actual.

Respecto a los inmigrantes en situación irregular, el 75% de los encuestados apuesta por su expulsión, frente a un 10% que defiende la necesidad de regularizarlos. Entre los primeros, la teoría más extendida es que generan delincuencia, seguida de que hacen un uso abusivo de los servicios públicos y de que favorecen la economía sumergida.

El estudio de Gadeso apunta que un 70,2% de los isleños considera que los sueldos de los autóctonos bajan por culpa de los inmigrantes (porcentaje que sube hasta el 77,2% en Mallorca y al 82,2% en Eivissa).

Expulsar a los desocupados

Además, un 87,6% defiende la expulsión de aquellos extranjeros que se queden sin trabajar durante un periodo largo de tiempo, y un 94,5% respalda esa medida cuando se comete un delito grave.

El deterioro en las relaciones entre ambos colectivos se refleja también en el hecho de que si en mayo de 2008 un 82,6% de los encuestados se declaraba partidario de que se facilite a los inmigrantes el acceso a la educación en igualdad de condiciones, en estos momentos el porcentaje ha bajado hasta el 48,1%.

En relación a las reagrupaciones familiares si hace dos años las defendían un 58,3% de los isleños, en estos momento sólo las respaldan el 38,2%. En el caso del acceso a la sanidad pública, el apoyo ha bajado del 68,1% al 40,3%.

La posibilidad de que los inmigrantes puedan conseguir un empleo en igualdad de condiciones que los españoles también es observada en estos momentos con mayores reticencias, ya que si antes era vista con buenos ojos por el 49,2% de las personas consultadas, ahora únicamente se alcanza un 22,7%.

Aunque a la baja, se mantiene más estable el apoyo minoritario a que los inmigrantes puedan votar en las elecciones municipales y acceder a los descuentos que se aplican en el transporte por residir en unas islas.