Miquel Nadal, el ex concejal de UM en Palma, está dispuesto a contarlo todo y a dar un paso más para colaborar con la justicia. El ex presidente de UM mantiene negociaciones con la fiscalía para confesar el rosario de presuntas irregularidades que se cometieron durante el proceso del concurso de Can Domenge, a cambio de que se le reconozcan atenuantes procesales que evitarían su ingreso en prisión. Esta negociación, que podría culminarse en los próximos días, supondría la implicación de la ex presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, en este escándalo de corrupción.

El pasado jueves, al día siguiente de que Nadal anunciara que dimitía de edil en Cort, el magistrado del TSJB, Javier Muñoz, le citó a declarar ante las nuevas revelaciones aparecidas en la investigación del caso de Can Domenge. El juez, que había declarado secreta la investigación, le puso sobre la mesa a Nadal una serie de pruebas que él no esperaba. Se trataba de las declaraciones de los directivos de Sacresa, la empresa constructora que ganó el concurso de Can Domenge, en las que reconocerían que el proceso público se había amañado. Los directivos de la constructora catalana, cuya sede de Barcelona fue registrada en noviembre, dijeron que Nadal urdió el amaño del concurso para adjudicarse el solar, a pesar de que había otra oferta de otro empresario que estaba dispuesto a pagar el doble para comprar el terreno.

Pero al ex conseller de Turismo no solo le implicaban las declaraciones de los directivos de Sacresa, que también han sido imputados en la causa, sino los documentos reveladores que se intervinieron en la sede la constructora, entre los que se incluiría una redacción de las bases del concurso fechada mucho antes de que se publicara la oferta. A pesar de todas estas pruebas, Nadal mantuvo que el concurso fue legal y no reconoció ni una sola de las irregularidades que le plantearon el juez y el fiscal. Tampoco implicó a Munar. Sin embargo, tras las revelaciones que realizó al día siguiente sobre el caso Maquillaje, en las que sí implicó a Munar, ha decidido cambiar de estrategia. Negocia con el fiscal para concretar qué atenuantes le ofrece para no ingresar en prisión a cambio de reconocer los delitos.

Por otro lado, al haber dimitido Munar y perdido su condición de aforada, el caso regresa a la jueza de instrucción número 12.