La conselleria de Medio Ambiente pulverizó un total de 2.100 hectáreas contra la procesionaria del pino en 2009, 10.600 menos que en 2008. El jefe de servicio de Sanidad Forestal, Luis Núñez, explicó que hace dos años había una gran colonia de orugas, por ello, fue muy necesario actuar. "El tratamiento funcionó muy bien, por ello, en 2009 no tuvimos que actuar en tantas hectáreas", detalló Núñez.

Las plagas de la procesionaria se clasifican en cinco niveles. El cero es cuando no hay ninguna oruga y el cinco es cuando hay defoliaciones muy fuertes en toda la masa. Medio Ambiente pulveriza las zonas afectadas por el nivel 3, es decir, cuando hay defoliaciones parciales en bordes y pies aislados y bastantes colonias por el centro de la masa.

Nivel 3

Según las previsiones del año pasado, 4.323 hectáreas estaban afectadas por el nivel 3, aunque análisis posteriores determinaron que sólo era necesario actuar en 2.100 hectáreas ya que en los niveles más altos "se puede controlar de forma natural".

De nivel 4 había 173 hectáreas y ninguna de nivel 5, unas cifras que contrastan con las 3.362 y las 111 registradas en 2008 respectivamente. "Es una incógnita", dijo Núñez, avanzar el comportamiento de las orugas durante el presente ejercicio. El experto detalló que a mediados de marzo planificarán de forma provisional los niveles de afectación por la procesionaria del pino durante este año.

Luego, entre agosto y septiembre se hacen unas capturas que permiten comprobar si las previsiones son correctas y se determina el número de hectáreas que deben pulverizarse para terminar con la plaga de orugas. Cuando llega octubre y noviembre se hace el trabajo más complicado técnicamente. Desde el aire se lanzan, 3,5 litros de producto contra la procesionaria para cada hectárea. Ello implica actuar cuando las condiciones meteorológicas lo permiten. Debe ser un día sin viento y sin altas temperaturas, explicó Nuñez. Además de las intervenciones aéreas, también hacen actuaciones terrestres en zonas puntuales como colegios o parques.