"La próxima vez tomare más precauciones". Palabra de propietario escaldado. "Así no me extraña que nadie quiera alquilar, no es raro que haya tantas propiedades vacías: ¿Quién quiere meterse en estos líos?" El que así habla es Fernando Bestard, pendiente de juicio por impago contra una inquilina morosa. Cuando consiga echarla, algo que espera que suceda pronto, volverá a poner el piso en el mercado. Pero pedirá más garantías: "Aunque muchas más no puedes pedir, porque no lo alquilas". Y no alquilar si no se está seguro es precisamente la opción de un agente inmobiliario veterano, Domingo Chaparro, al que no le gustan las sorpresas: "¿De qué te sirve alquilar rápido un piso por el que no te van a pagar y que igual acaba destrozado?", advierte, antes de presumir de historial: "No estas exento de que te la cuelen, pero nunca me pasó con mis pisos. Se trata de aplicar unas reglas básicas y cubrirse con unos mínimos", apunta, en referencia a avales, depósitos y demás blindajes.

Y esa es otra: la acción de los morosos es una de las razones que explica que España sea el país de la UE con menor porcentaje de vivienda en alquiler y con mayor número de quejas ante Consumo por fianzas y cláusulas abusivas para el arrendador. Aunque los roles de inquilinos y propietarios cambian mucho según la ciudad. En Mallorca, los propietarios cruzan los dedos cuando entregan las llaves a esa familia, pareja o joven trabajador que va a vivir en su casa durante un periodo de tiempo indeterminado. En urbes grandes como Madrid o Barcelona, los que rezan son los aspirantes a alquilar, curtidos en el "a ver qué me pide éste" Porque allí los propietarios no se andan con chiquitas. Solicitan varios meses de depósito, una garantía familiar, un aval bancario y, en los casos más extremos, los contratos de trabajo de los clientes.

Los representantes del sector inmobiliario de las islas no creen que aquí se vaya a llegar hasta esos extremos, aunque ya se dan algunos casos aislados. El secretario del colegio de Administradores de Fincas, Bernat Seguí, cree que eso sólo sucederá cuando se vea que han fallado "los mecanismos" que se están poniendo en marcha para fomentar el mercado de alquiler, mecanismos como la ´ley de desahucio exprés´: "Es una cadena lenta, pero puede servir para que el propietario no tenga tanto miedo a alquilar". Y es que abundan en Mallorca los propietarios con miedo al inquilino moroso y consciente de su capacidad para retener el piso durante meses sin pagar un euro. A ello contribuye el monumental atasco judicial que impide aplicar una ley con más potencial teórico que agilidad práctica. Por esa fisura entre ley realidad y justicia ficción se cuelan inquilinas como la que abusa de Fernando Bestard, el escaldado del primer párrafo, que además de no cobrar tiene que aguantar amenazas y presiones. "O me haces una carta de recomendación o te destrozo el piso", exigen algunos. Otros piden dinero. Como la inquilina que tras meses sin pagar le exigió a Chaparro 800 euros para marcharse: los necesitaba para darle la entrada y el primer mes a su siguiente víctima.

Por ello el sector inmobiliario pretende que se reactive el registro de condenados por falta de pago, un listado que existía pero fue eliminado por la Ley de Protección de Datos. Miguel Rodríguez, de Palma Pisos, aboga además por crear un foro en internet en el que los propietarios intercambien información. Sugiere incluso que los policías locales, y en concreto el policía de barrio, tengan facultades para desahuciar. Aunque para otros la seguridad esta en manos del arrendador: "Antes de alquilar tienes que saber siempre a qué se dedica el aspirante y cómo se gana la vida. Debes averiguar para qué lo va a usar y cuántos van a vivir. Y luego firmar siempre un contrato, que haya un depósito y recurrir a un profesional", abunda Chaparro, veterano en sustos ajenos.

Cómo alejar a los morosos

· Aprobar un registro de condenados por falta de pago.– Numerosos miembros del sector inmobiliario abogan porque exista un registro de inquilinos previamente condenados por falta de pago para que los propietarios puedan consultarlo antes de firmar el contrato de arrendamiento.

· Atribuir a un policía local facultades para desalojar.– Desde el ámbito jurídico creen que el proceso de desahucio sería más rápido si un policía local pudiese, "previa declaración judicial sumaria de ocupación injustificada", encargarse del desalojo. Miguel Rodríguez, de Palma Pisos, concreta aún más y señala al Policía de Barrio como figura ideal para este cometido.

· Acudir a empresas para fijar garantías antes de firmar el contrato.– Existen organizaciones, como Arrenta, Asociación para el Fomento del Alquiler y el Acceso a la Vivienda, que fomentan la solución de conflictos entre propietarios e inquilinos sin necesidad de llegar al juzgado. Cuando no hay otra opción, ofrecen asesoría legal.

· Pedir más garantías.– En ciudades grandes, los propietarios ya tienen bien claro que no alquilan a cualquiera. Piden más meses de depósito, avales e incluso en muchos casos exigen ver un contrato de trabajo. Las inmobiliarias mallorquinas no creen que aquí se llegue a esos extremos, pero sí recomiendan preguntar a quien quiera alquilar de qué trabaja, cuánta gente viviría...

· Lo básico: que haya contrato.– La medida más obvia para asegurarse el cobro es firmar un contrato. Es básico, pero no todo el mundo lo hace.