El buscador de narcotraficantes, el buque Fulmar, atracó ayer en el Puerto de Palma aprovechando un parón de la Operación Mediterráneo, una maniobra de entrenamiento y práctica para conocer la situación del tráfico de drogas en este ámbito. Se lleva a cabo porque los narcotraficantes suelen aprovechar el mal tiempo para introducir la droga ya que estiman que hay menos vigilancia. Además, el ejercicio sirve para coordinar las delegaciones de Balears, Murcia, Valencia y Cataluña. Así lo explicó el delegado de la Agencia Tributaria en Balears, Raúl Burillo, tras la visita que realizó junto al delegado del Gobierno, Ramon Socias, a la embarcación.

El Fulmar suele actuar de noche. El capitán Juan Martínez explicó que no tienen autonomía, siguen las órdenes del centro de operaciones marítimas ubicado en Madrid. No actúan solos. Cuentan con un avión que patrulla la zona por la mañana, cuando cae la noche disponen de un helicóptero que les ayuda a localizar el objetivo. Además el centro de comunicaciones les permite interceptar las conversaciones de los barcos y saber su ubicación. Entre los medios técnicos, disponen de una cámara térmica que cuenta con unos sensores que detectan cualquier cuerpo que emite calor y si se trata de una embarcación objetivo, se activa el seguimiento automático de la embarcación.

Martínez detalla que es muy difícil intervenir una embarcación en alta mar porque van a gran velocidad y es muy difícil que la operación finalice con éxito ya que los narcotraficantes lanzan la droga al mar. Por ello, suelen pillarlos "desprevenidos". "Intervenimos cuando llegan a la costa y proceden a descargar la droga", puntualizó el capitán. De todas maneras, añadió que los narcos han cambiado modus operandi y ahora no disponen de tanta información.

El barco Fulmar de la Agencia Tributaria empezó a actuar en mayo de 2006. Desde entonces y hasta 2009 ha participado en siete actuaciones destacadas y en total ha intervenido casi doce toneladas de cocaína y hachís. El capitán resaltó que tiene una capacidad de reacción rápida gracias a las embarcaciones especiales. El barco no sólo participa en operaciones nacionales sino que también colabora con otros países. La tripulación del Fulmar está integrada por 22 personas y, de media, suelen permanecer entre 20 y 30 días en alta mar.