Jaume Sauleda, coordinador del servicio de Neumología de Son Dureta, es intransigente con el tabaco –"si fumas un solo cigarrillo al día ya te puede ocasionar problemas de salud"– y se posiciona claramente a favor de la prohibición total de fumar en los lugares públicos para evitar que un 10% de las muertes que cada año ocasiona este nocivo hábito se produzcan entre fumadores pasivos.

–¿Cuántas personas fallecen cada año en Balears por enfermedades asociadas al consumo del tabaco?

–En Balears no lo podría decir pero a nivel español, unas cincuenta mil personas cada año. Por enfermedad, la patología cardiovascular es la más frecuente en las islas. Y el cáncer es el que provoca más muertes, tanto a nivel balear como nacional. El de pulmón está claramente relacionado con el tabaco.

–¿Qué porcentaje de los fallecimientos por cáncer de pulmón se puede adjudicar al consumo de tabaco?

–En los casos de cáncer de pulmón, el 99% de ellos está provocado por el consumo de tabaco, porque siempre hay un mínimo porcentaje de pacientes que no han fumado.

–¿Y cuántos infartos de miocardio o ictus están provocados por el hábito de fumar?

–También los provoca en un porcentaje muy elevado. No tanto como en los casos de cáncer de pulmón porque aquí hay otras factores que los pueden desencadenar como un aumento del colesterol, la diabetes... Se podría decir que en un 75% de los infartos e ictus interviene el tabaquismo de forma negativa.

–¿En cuánto está acortando su esperanza de vida una persona que, por ejemplo, fume un paquete diario?

–No lo podría decir exactamente, pero sí que la estará acortando en muchos años. Siempre se cuenta la anécdota del paciente que ha fumado toda su vida y se ha muerto a los noventa años sin que le pasara nada. Pero está claramente demostrado que el tabaco produce cáncer de pulmón, puede producir bronquitis crónica y enfisema pulmonar en un veinte por ciento de los pacientes fumadores, patologías cardiovasculares –infartos de miocardio e ictus cerebrales– y también puede afectar a la circulación sanguínea en las extremidades que puede acabar en amputaciones...

–¿Estas amputaciones no afectan más a los diabéticos?

–No sólo en las personas que tienen esta patología. También se dan casos en fumadores que, sin tener diabetes, han desarrollado arterioesclerosis en las extremidades inferiores que pueden también acabar, si no se opera a tiempo, con la amputación del miembro. Recapitulando, si uno fuma, va sumando porcentajes. Y al final de su vida tiene más de un cincuenta por ciento de posibilidades de que acabe desarrollando alguna de estas enfermedades que hemos comentado: cáncer, infarto de miocardio, embolias cerebrales, enfisema, bronquitis crónica. Y otras. El cáncer puede ser también de garganta, del aparato urinario, de riñón. Un paciente fumador tiene muchos números de que en un momento de su vida desarrolle una enfermedad de este tipo.

–¿Qué personas deberían dejar de fumar prioritariamente porque para ellas este hábito resulta aún más nocivo?

–En principio, la recomendación general es que nadie fume porque el tabaco es nocivo para todo el mundo, eso por descontado. Si a más a más estas personas tienen alguna enfermedad respiratoria, antecedentes familiares de cáncer, si son diabéticas, tienen hipertensión arterial o colesterol, tienen más números de desarrollar una enfermedad grave relacionada con el tabaco. Con ellos se debería insistir mucho más, pero el mensaje general debería ser que todo el mundo que consume tabaco debería dejar de hacerlo.

–Está comprobado que el humo del tabaco es cancerígeno. ¿Cuántos fumadores pasivos fallecen cada año?

–Más o menos un diez por ciento de las muertes que ocasiona el tabaquismo se producen entre fumadores pasivos. Si antes hemos dicho que el tabaco provoca 50.000 fallecimientos anuales en todo el país, unas cinco mil de estas muertes corresponderían a personas que no habrían fumado nunca, sólo han estado expuestos al humo del tabaco.

–¿Por qué no hay que fumar nunca en un domicilio con niños?

–Esto es muy importante que quede bien claro. Está demostrado que los niños que conviven con padres que son fumadores tienen más infecciones respiratorias y tienen más riesgo de desarrollar asma bronquial. Además, el pulmón de los niños está en fase de crecimiento y todo esto puede conllevar que, a la larga, este crecimiento se vea alterado y lleguen a la edad adulta con una capacidad pulmonar menor que otras personas de su misma edad, talla y sexo. Por lo tanto es muy importante que en casa no se fume nunca delante de los niños. Que lo haga en la terraza o en cualquier otro lugar donde no perjudique a ninguna otra persona.

–Siete de cada diez fumadores confiesa que quiere dejar de fumar, pero la mayoría no lo consigue. ¿Qué hace tan adictivo al cigarrillo? ¿Sólo la nicotina u otras sustancias que le añaden las tabacaleras para conseguir una mayor adicción?

–Lo que está demostrado que produce la adicción es la nicotina, que es una sustancia muy adictiva. Pero el tabaco no sólo contiene nicotina. El humo del tabaco tiene monóxido de carbono, óxido nitroso, aldehídos, alquitrán... Y radicales libres. Estos son los que realmente hacen daño. Son secundarios a la combustión del tabaco y a todas las sustancias que he mencionado. Producen destrucción del tejido y anomalías en su funcionamiento de tal manera que favorecen la aparición del cáncer. Pero la nicotina es la que produce la adicción orgánica.

–¿Qué propondría para desincentivar el consumo de tabaco?

–Deberían hacerse más campañas de educación. También las leyes antitabaco se han demostrado eficaces. Desde la aplicación de la actual normativa ha disminuido el porcentaje de fumadores entre un ocho y un diez por ciento y una reducción de las enfermedades asociadas a su consumo. Un estudio hecho en Barcelona reveló que el número de infartos de miocardio se redujo en un diez por ciento.

–Un médico me dijo en cierta ocasión que una persona sana, que hace ejercicio regularmente y se alimenta saludablemente puede fumar tranquilamente diez cigarrillos al día sin perjuicios graves para su salud...

–Esto es totalmente erróneo. El tabaco es malo aunque fumes sólo cuatro cigarrillos al día. Si uno está genéticamente predispuesto, aunque fume poco puede acabar desarrollando un cáncer de pulmón. El mensaje debe ser "ni un cigarrillo al día". Además, es tan adictivo que empiezas con uno y acabas con veinte. Todo depende de la sensibilidad de cada persona. Hay gente que fuma muy poco y acaba desarrollando enfisema pulmonar o bronquitis crónica muy jóvenes. Ni un cigarrillo.

–¿Qué recomendaría para dejar de fumar?

–Primero hay que apelar a la voluntad del paciente. Si no lo consigue, debería ponerse en manos de especialistas o de las unidades de deshabituación tabáquica.

–¿Ayuda el deporte, por ejemplo, a superar la ansiedad que provoca el dejar de fumar?

–Sí, claro. Hay que intentar canalizar esta ansiedad con otros hábitos como practicar más deporte, dedicar más tiempo a las aficiones...

–¿Recupera todas sus funciones perdidas una persona que deja de fumar tras muchos años de hacerlo?

–Se dice que un ex fumador tarda entre cinco o diez años en revertir los efectos adversos que le han provocado el tabaco. Su patología cardiovascular o la posibilidad de desarrollar un cáncer más o menos se equipara en este tiempo al del resto de la población que nunca ha fumado. Aunque no se llega a equiparar del todo. Un ex fumador siempre tendrá más riesgo de sufrir una enfermedad asociada al tabaco que un no fumador, pero disminuye de forma espectacular comparado con los que fuman activamente.

–Entonces, a los cinco o diez años de haber dejado de fumar...

–Prácticamente desaparecen los efectos adversos. Aunque si antes ha desarrollado la enfermedad crónica, la tendrá el resto de su vida. Por dejar de fumar no se curará, pero tampoco progresará el mal. Incluso le puede mejorar. Por ejemplo, si una persona con enfisema que tiene una capacidad pulmonar del 50% deja de fumar, los agujeros del pulmón no se le curarán pero recuperará su capacidad hasta un 75%. Y esto supone mejorar mucho la calidad de vida.

–¿Puedes superar una bronquitis crónica dejando el tabaco?

–Sí. Lo que es más difícil es superar una EPOC, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que añade a la inflamación del bronquio su estrechamiento, lo que impide que el aire pase con la fluidez que debería produciendo síntomas de ahogo, de tos... Y estos pacientes sí sufren una disminución de su capacidad respiratoria. Al dejar de fumar, mejora ostensiblemente, como en el caso del enfisema. Pero lo que quiero dejar claro es que la bronquitis crónica se produce por la inflamación que origina en el bronquio la aspiración del humo, mientras que el enfisema es la destrucción del tejido periférico del pulmón. El ejemplo clásico de un queso gruyer. Pero que quede claro que una EPOC que provoca una disminución de la capacidad pulmonar mejora ostensiblemente si se deja de fumar, aunque ya no se cura del todo.

–¿Es cierto que las EPOC afectan a dos de cada diez adultos de Balears?

–Un estudio extrapolable a Balears hablaba de que un 10% de la población de más de cuarenta años padece esta enfermedad. A medida que aumentamos la edad, el porcentaje se dispara. En pacientes de más setenta años que han fumado la prevalencia de esta enfermedad puede afectar al treinta o cuarenta por ciento.

–¿Qué porcentaje de supervivencia tienes si te diagnostican un cáncer de pulmón?

–Se calcula que la supervivencia del cáncer de pulmón a los cinco años del diagnóstico es de un 15%. Aunque también depende del estado en que se coja al tumor. Si sobrepasa la estructura del tórax y ya hace metástasis, el porcentaje de supervivencia es aún menor.

–¿Un fumador tendría que hacerse radiografías cada cierto tiempo para prevenir la aparición de un tumor?

– Así como en otros cánceres como el de mama o el de colon el diagnóstico precoz se ha demostrado efectivo, en el del pulmón ningún estudio ha demostrado todavía su eficacia en disminuir la mortalidad de esta enfermedad. Y no es lógico adoptar una medida preventiva si no tiene una repercusión clara en el pronóstico.

–¿Se detecta con una simple radiografía?

–Sí. Y hay síntomas. Un fumador que tosa mucho, aunque no es un signo específico del cáncer, escupa sangre y pierda peso, puede empezar a preocuparse y acudir a su médico.

–Pero, ¿un fumador que se sometiera cada año a una radiografía no conseguiría detectar un posible tumor con más posibilidades de curación?

–Esto se ha hecho pero, insisto, se diagnosticaban más tumores pero el pronóstico era el mismo. Hay que buscar otros medios. No hay que olvidar que someter a un fumador cada año a las radiaciones de una radiografía o de un tac no es aconsejable. Es mucha radiación. Se están estudiando otros sistemas como análisis del esputo o del aire exhalado, pero todo esto está en fase de investigación.

–¿Qué porcentaje de fumadores hay en las islas?

–La última encuesta de salud hablaba del 30% mientras que en España es ligeramente inferior.

–¿Cree que la ampliación de la ley antitabaco provocará la ruina del sector de la hostelería como ellos mismos han vaticinado?

–La ley se tendrá que ampliar tarde o temprano porque es una normativa europea de obligado cumplimiento en 2012. Y no hay que desatar la alarma. La gente seguirá yendo a bares y restaurantes y, cuando quiera fumarse un cigarrillo, tendrá que salir fuera. Y hay que tener en cuenta que este 70% de la población que no fuma a lo mejor acude más a estos locales si sabe que no va a tener que respirar el humo de los fumadores. También habría que plantearse la lectura inversa. Igual acuden más no fumadores a los bares y restaurantes.