El presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Juan Cabrera, opina que alguien debería responsabilizarse por las reformas que en su día emprendieron en el sector de la restauración para adaptarse a una legislación antitabaco que hoy en día quieren cambiar, cree que el president Antich debería estar gobernando en solitario antes que en mala compañía y opina que a Balears todavía le "costará bastantes lágrimas" conseguir la cogestión de Son Sant Joan porque en Madrid ningunean al president.

–¿Ud. fuma?

–Yo he fumado mucho (tose). Bastante tabaco y puros. He sido un fumador empedernido, pero hace años que lo he dejado porque a veces la salud te obliga a hacerlo. Y ahora me molesta el humo, es decir, que entiendo que en las zonas de no fumadores no se debería fumar.

–¿Qué le parece la intención del ministerio de Sanidad de prohibir fumar en todos los lugares públicos?

–Me parece correcto porque tendremos que estar a lo que nos marca Europa, que va por este camino. Pero hay que tener en cuenta que con la anterior legislación nos obligaron a los establecimientos a hacer una serie de reformas que nadie pedía, porque si en aquel momento hubiesen establecido la prohibición que plantean ahora, muchos establecimientos la hubieron acatado sin ningún problema y se hubieran evitado el gasto que tuvieron que afrontar. ¿Y quién se hace cargo ahora de ese gasto? Además ahora tendremos que hacer otra reforma en un momento de grave crisis económica. Tendremos un doble gasto en menos de tres años. Y con esta crisis los restaurantes no han tenido tiempo de recuperar lo que invirtieron. Alguien de la Administración debería responsabilizarse de sus acciones de mal gestor. Porque el Gobierno no está para poner una losa sobre los empresarios, sino para darles viabilidad y que puedan salir de esta situación tan caótica que están viviendo hoy en día.

–¿Reclamarán ayudas al Gobierno central o al autonómico?

–Más que ayudas yo pediría que asumieran su responsabilidad. Porque cuando se promulga una ley hay que tener claro antes que no perjudique al tejido empresarial.

–¿Sabe Ud. que en otros lugares de Europa donde se ha implantando la prohibición total de fumar ha aumentado la clientela de los bares y restaurantes?

–Puede ser. El tiempo lo dirá. Pero, si prohíben fumar en los establecimientos públicos, ¿por qué permiten vender tabaco en ellos? Aquí hay una contradicción. Yo sería un caradura si vendiera tabaco en mi restaurante y no permitiera a los clientes fumar...

–¿Seguirán funcionando las máquinas expendedoras de tabaco?

–Eso es lo que ha dicho la ministra. A lo mejor lo dice ahora para calmar un poco los ánimos y dentro de un mes te sale diciendo que se prohíbe tanto la venta como el consumo. Creo que la señora ministra no lo tiene muy claro y ha rectificado cuando el sector le ha dicho que se producido un descenso en las ventas, perdiendo una vez más el sentido de la responsabilidad.

–¿Hay detrás de esta ley un interés real de velar por la salud de los ciudadanos o simplemente se emprende para desviar la atención de problemas más graves?

–Entiendo que es velar por la salud de los ciudadanos pero al sacarla ahora está tapando algo que preocupa más al ciudadano y al empresario, que es la situación de crisis económica y de paro. Creo que es una cortina de humo obedeciendo las órdenes de su jefe, que debe haber pedido ayuda para que no se note tanto su mala gestión en la creación de puestos de trabajo.

–¿A qué sector cree que afectará más?

–Va a perjudicar a todos en general, aunque creo que en Balears la gente ya se ha mentalizado a no fumar en los sitios en los que no se permite. Lo hemos visto en eventos importantes.

–¿Contemplan la posibilidad de cierres por la prohibición de fumar?

–No creo que se cierren establecimientos por este hecho en concreto. Hay otros motivos más acuciantes por los que el empresario va a tener que cerrar.

–¿Cuáles son las principales amenazas de esta crisis para su sector?

–De los restaurantes puede decirse que son un artículo de lujo y la gente se lo está pensando mucho antes de acudir a ellos en estos momentos. Es lamentable que esto se esté produciendo en Balears pero es consecuencia de la mala gestión que hemos padecido en esta comunidad. El crecimiento desmesurado que hemos tenido de todo tipo de negocios nos está perjudicando ahora. De hecho estamos abaratando tanto los precios que parece que siempre estamos aquí en oferta.

–Durante el pasado puente de la Constitución hay gente que tuvo dificultades para encontrar un restaurante abierto, ¿cómo se explica esto con la crisis?

–Aquí si puedes tener razón. Falta mentalización y la causa es que no ha habido iniciativas para tener una ciudad abierta fuera de lo que se está anunciando siempre, que es el sol y playa. Hoy en día, el ciudadano que se desplaza en un puente lo que está buscando es cultura, una ciudad limpia y con escaparates abiertos al público y no una ciudad totalmente oscura y sin ánimo de crecimiento. El sector comercio también debe hacer una apuesta en este sentido.

–¿La falta de formación es hoy en día la mayor carencia de la restauración balear?

–El déficit del sector es producto del crecimiento desmesurado de un empresariado poco responsable y que carecía de experiencia en este tipo de negocio. Y también de una mano de obra poco cualificada por falta de continuidad, porque últimamente soportamos temporadas de poco más de cuatro meses. Y esto es insostenible. Si no conseguimos desarrollar la actividad durante todo el año difícilmente podremos tener grandes profesionales.

–¿Cómo va la campaña de Navidad, las cenas y comidas de empresa?

–Bueno, ya el año pasado se notó un descenso importante frente a 2007, y éste año estamos en torno a un 25% y un 30% menos que en 2008. Y estos datos son más preocupantes porque no venimos de una temporada buena en la que si ha habido gente, pero de un poder adquisitivo bastante bajo. Las empresas lo están pasando mal y se nota la coyuntura hasta en las felicitaciones de Navidad. Llegan menos que el año pasado.

–Antich dijo el otro día que era más fácil llegar a acuerdos con los empresarios que con los partidos políticos. ¿Qué opina de las constantes crisis de este Govern?

–El señor Antich no entendió en su momento el mensaje que se le envió desde la patronal y me alegro que ahora se haya dado cuenta, aunque sea dos años tarde. Cuando el empresariado de Balears le dijo que la situación no era buena, tenía que haber adoptado medidas. Ahora reconoce que se puede negociar con los empresarios. Me parece bien, pero con todos, no sólo con los hoteleros. Porque la foto se la ha hecho con el sector hotelero. Y en Balears el 83% del sector empresarial y de la mano de obra lo ostenta la pequeña y mediana empresa. Y esa foto todavía no se ha hecho.

–¿No cree que se está instalando en la sociedad una sensación de desgobierno?

–La imagen que se está dando en el último año y medio es nefasta y está perjudicando mucho a las islas, por mucho dinero que nos gastemos luego en campañas de publicidad en el exterior. Nos están conociendo por otros asuntos, y esto no es bueno.

–¿Servirá para algo el código ético anticorrupción recientemente suscrito?

–Creo que es una manera de poder salir momentáneamente de la situación en la que está inmersa el pacto de Govern. Es una foto más, pero lo primero que se tiene que hacer es poner orden en cada uno de los partidos para que esto sea creíble.

–¿El buen gestor se dedica a la actividad privada y el malo a la política para poder trincar?

–Bueno, lo que creo es que el político ha bajado bastante en su escalafón. Hubo un tiempo en que empresarios consolidados se dedicaron a la política y no tuvieron que meter mano en el cajón. Creo que lo de ahora es gente que ya va con esta mentalidad. Y es muy lamentable. Todavía hay algún buen gestor pero, en general, la actividad política ha perdido bastante credibilidad.

–Pero a las declaraciones contradictorias llegadas desde Madrid, ¿es la cogestión aeroportuaria la solución para conseguir la tan ansiada desestacionalización turística?

–Creo que sería una de las fórmulas idóneas. Pero no me creo lo que nos dice el señor Blanco, que simplemente nos está dando jabón. Ya nos engañó María Teresa Fernández de la Vega, que no ha cumplido nada de lo que nos prometió y yo ya no puedo creer nada que venga de Madrid. Ningunean al presidente Antich siendo del mismo color político. Todavía nos costará bastantes lágrimas conseguir la cogestión del aeropuerto de Son Sant Joan.

–¿Temen que la alianza de Sa Nostra con otras cajas se traduzca en una pérdida de apoyo al tejido empresarial de las islas?

–Espero que no. Confío en que se trate de un amparo más para Sa Nostra a través del Banco de España. Se trata de una nueva vía alejada de lo que se había hecho hasta ahora, con grandes equivocaciones que son precisamente las que les han obligado a tener que llegar a estos acuerdos con otras cajas. Espero que los gestores de esta entidad no se olviden de los empresarios de las islas y creo que se deberían reunir con ellos antes de tomar esta decisión.

–¿Cuáles son estas grandes equivocaciones de Sa Nostra?

–Creo que apostaron por un grupo muy reducido de empresarios que han tenido mucho movilidad por todas las islas y se han olvidado de cual es el tejido de la pequeña y mediana empresa, que era el objetivo inicial de Sa Nostra, velar por el ciudadano menor y social. Esto no lo puede dejar de lado, porque es lo que hace que el día a día funcione.

–¿Qué augura para el próximo año en el plano laboral?

–Yo les diría a los sindicatos que ya no vale el pito y la pancarta. Deberían dejar aparcadas las huelgas y sentarse a dialogar con los empresarios, ya que son los únicos que crean puestos de trabajo. El Gobierno no lo hace. Me parece muy bien que se ayude a los parados en dificultades, pero también se debe apoyar al empresario. Y muy al contrario, en una situación de crisis económica, se está hablando de subir el IVA turístico cuando en otros países cercanos se está rebajando. Todo el tema de la contratación debe modificarse. Si no se ayuda al empresario a crear puestos de trabajo, difícilmente podremos salir de esta crisis. La situación es mala. Los bancos no te prestan y la Administración paga tarde. Y sin circulante, una empresa no funciona.

–Se quejan mucho de que el todo incluido perjudica a su sector pero, ¿no tendrían que concienciarse para cobrar al turista unos precios más ajustados al producto que le están ofreciendo?

–Esto es producto del crecimiento desmesurado del que te hablaba y de los precios por los alquileres que pedían en determinadas zonas. Por lo tanto, tarde o temprano todo tiene que abaratarse y en poco tiempo nuestros precios se situarán por debajo de los de los países emisores. Y aquí también hay que hablar de mala gestión, porque no te pueden pedir en una playa más dinero por una sombrilla y una hamaca que el pagas por la habitación.

–¿Y en plano político? ¿Qué nos deparará el próximo año?

–El señor Antich sabe mejor cómo está la situación, pero creo que le ha faltado echar un pulso al Gobierno y optar por gobernar en minoría antes de gobernar con según quien. En esto ha fallado.

–¿Y para el sector de la restauración?

–No vienen buenos tiempos. Hay que apostar por la formación, contar con gente bien cualificada, y pensar y planificar bien el nuevo negocio que quieras montar.

–Todo el mundo habla de mejorar la formación de los trabajadores de las islas y luego recortan los presupuestos de Educación...

–Esto es un fallo más. Y luego está lo de la Escuela de Hostelería, que está muy desaprovechada porque no se hace un seguimiento de los profesionales que tenemos en la isla. Lo que no puede ser es pretender reciclar a los parados procedentes del sector de la construcción y que bajen del andamio y se dediquen a la restauración.