El nuevo director general de la Fundación Deixalles, Antoni Galindo, ha anunciado que se va a encargar una auditoría externa para calibrar el déficit heredado de su antecesor en el cargo, Miquel Puigrós. Este último lo cifró recientemente en unos 200.000 euros, aunque Galindo manifestó su esperanza de que finalmente no sea superior a ese importe "por el bien de la institución y de sus trabajadores".

El nuevo director general indicó que su prioridad durante estos últimos días ha sido garantizar que los 350 empleados de Deixalles podrán cobrar su nómina este mes, y aseguró que estos desembolsos ya están garantizados y que se registrarán a lo largo de la próxima semana.

Antoni Galindo conformó también que las discrepancias de una parte de la plantilla con la política desarrollada por Puigrós estuvieron a punto de provocar una escisión de la delegación de Calvià, que pretendía convertirse en una organización autónoma desde la que seguir trabajando por los objetivos para los que se fundo Deixalles y que en opinión de algunos se estaba viendo desvirtuados.

Incidente en Calvià

Este intento de escisión, según se señaló, fue el que provocó la fuerte discusión entre Miquel Puigrós y algunos trabajadores de Calvià que se registró la semana pasada y que hizo necesaria la intervención de la policía local.

Por otro lado, desde el sindicato CGT se confirmó que ayer se produjo una reunión de los representantes de las diferentes delegaciones de Deixalles, con el acuerdo de redactar un comunicado para el conjunto de la plantilla, aunque éste no quiso hacerse público al considerar que las tensiones internas están perjudicando la imagen pública de la fundación.