Los colegios concertados de Balears acogen al 20% menos de alumnos inmigrantes de lo que deberían. ¿De dónde sale esta cifra? Los autores del Anuari de l´Educació hacen cálculos: si los centros concertados acogen al 35% del alumnado de Balears y si sólo el 16% de los estudiantes inmigrantes van a este tipo de colegios, eso quiere decir que el 20% de los estudiantes extranjeros que deberían estar en la concertada son derivados al sistema público. Hablamos de unos 5.000 alumnos.

El sistema educativo balear acoge a 28.568 estudiantes llegados de otros países. Por ello, aprender a gestionar la diversidad es uno de sus principales retos. Ésa es una de las ideas básicas que se desprende del Anuari d l´Educació según comentó ayer su director, el vicerrector de la Universitat de les Illes Balears, Martí March.

Una tendencia creciente

Este informe, fruto de la colaboración entre la UIB y la Fundació Guillem Cifre de Colonya, vuelve a poner de manifiesto una realidad: el sistema público sigue acogiendo a la mayoría de los alumnos inmigrantes (un 84%) mientras la concertada sólo recibe a unos pocos, una tendencia que ha crecido dos puntos porcentuales en los últimos tres años y que supera la media nacional. Además, este artículo menciona que no sólo es que los concertados acojan a pocos inmigrantes, sino que además estos centros hacen "una cierta selección" y que en ella "predominan los procedentes del mundo desarrollado y que, por tanto, tienen una buena situación económica".

El doctor Luis Vidaña, autor del artículo, recuerda que lo recomendable es que ningún colegio tenga más de un 30% de estudiantes con necesidades educativas específicas (entre los que se incluyen los inmigrantes) y enumera mecanismos para combatir la excesiva concentración de estos alumnos en la pública.

Por ejemplo, Vidaña propone: reservar más plazas para estos alumnos (ahora se reservan tres); descender –"de forma selectiva" y una vez finalizado el proceso ordinario– las ratios profesor/alumno en los colegios con más inmigración y aumentarlas en los que tienen menos; y, cuando no se pueda evitar superar los porcentajes recomendados, asegurarse de que los centros afectados tengan el personal y los recursos necesarios.

En línea similar se expresó March, quien apoyó que la escuela concertada reciba más recursos para poder acoger a más alumnos de origen extranjero. Tal y cómo ha denunciado varias veces la patronal mayoritaria, Escola Católica, y como recordó ayer March, los profesores de esta red tienen a su cargo más alumnos que los de la pública y reciben menos ayudas.

Por ello, el vicerrector marcó como condición sine qua non para redistribuir de una forma más equitativa a estos estudiantes que los colegios subvencionados cuenten con los mismos recursos que los públicos. Aún así, March recordó que cada centro "tiene sus características".

El referente a la inmigración es sólo uno de los más de 15 artículos que componen este Anuari. En esta sexta edición, el informe menciona los problemas del sistema educativo balear, pero también busca destacar "sus éxitos", según destacó March.

Uno de los datos positivos, por ejemplo, es el que menciona la doctora Belén Pascual en su artículo El sistema escolar de Balears en cifras. Las tasas de escolarización en estudios postobligatorios siguen muy lejos de las nacionales, pero, y he ahí la novedad, están empezando a crecer, tanto en Bachillerato como en FP. La autora concluye que la situación económica "favorece la continuidad de los estudios".