La presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, confirmó que el Plan Director Sectorial de Carreteras de la isla quedará definitivamente aprobado en el pleno ordinario de la institución del día 3 de diciembre, para lo que deberá contar con los informes técnicos favorables de la Comisión Balear de Medio Ambiente y del Área insular de Patrimonio, que habrán recogido las preceptivas modificaciones.

Según expuso la presidenta de la primera institución mallorquina, en declaraciones realizadas hoy a los medios de comunicación, las obras previstas para 2010 comenzarán "lo antes que podamos", después de la aprobación del plan, entre las que se encuentra la Vía Conectora de Palma.

Para Armengol, ese proyecto, iniciado durante la pasada legislatura, se traduce en una vía que "ahora es mucho más cercana a Palma y adecuada para las finalidades previstas". A lo que agregó que, además, "corta el crecimiento especulativo de la ciudad", aunque permitiendo realizar la conexión con la ciudad.

Además, para el próximo año están ya adjudicadas la variante de Son Servera, el tercer carril de la Vía de Cintura, que se comenzarán a construir "inmediatamente". Mientras que entrarán en fase de licitación y adjudicación otras vías conectoras como la salida de El Molinar o el acceso a Lloseta, entre otras que también contempla el Plan de Carreteras.

Armengol recordó que el Plan de Carreteras es una normativa que permite al Consell realizar una reserva de suelo para que, cuando se ponga en marcha el proyecto de ejecución de la vía, se pueda utilizar ese terreno. En ese sentido, remarcó que la institución "no ha parado en ningún momento ni de realizar carreteras ni de proyectarlas".

El nuevo Plan de Carreteras tiene para la presidenta "dos virtudes importantísimas", que se eliminan el suelo reservado para la realización del autopista Inca-Manacor, aprobado durante la pasada legislatura, así como los terrenos previstos para la construcción del Segundo Cinturón de Palma, que, según indicó, se hubiera hecho "destrozando" la zonas residenciales de Son Sardina y Sa Garriga.