Los ciudadanos de Marruecos ya no tienen que coger avión y trasladarse a Barcelona para arreglar papeleo. El consulado itinerante llegó ayer a Palma para que se puedan hacer todos los trámites burocráticos aquí. Así lo explicó el presidente de la asociación Al Magreb, Mustafá Boulharrak, quien concretó que una delegación del consulado marroquí en la Ciudad Condal vendrá tres días al mes a Palma para que los residentes puedan renovar el pasaporte, el carné de Marruecos, legalizar sus documentos o certificar la inscripción de un hijo nacido en las islas, entre otras tramitaciones. "Es una buena noticia ya que llevamos doce años reclamando un consulado en Palma. De momento, hemos logrado tener un consulado itinerante", comentó Boulharrak quien estimó que se atenderán entre 300 y 400 personas cada día.

Era la primera vez y fue un día de madrugones. A las ocho de la mañana, una multitud de gente se congregaba en la calle Eusebio Estada, 48, en el Casal d´Associacions d´Inmigrants, cedido para tal fin por la conselleria de Asuntos Sociales. Algunos llegaron mucho antes. Debían coger número para ser los primeros en tramitar el papeleo desde Palma. Khalid Dihaji, que lleva cinco años en la isla, debía renovar su pasaporte, por ello, a las ocho de la mañana ya estaba en la cola. Le tocó el número 85. A pesar de la espera, Khalid tenía claro que se trataba del primer día, por ello, todo iba más lento y había más gente. "En Barcelona, hay muchos más. Es mucho mejor disponer del servicio en Palma", resumió. Estaban contentos con el nuevo servicio. Repercutirá en su bolsillo ya que no tendrán que cruzar el charco para resolver temas burocráticos. Según los datos facilitados por la asociación Al Maghreb, unos 26.000 marroquíes residen en las islas. Boulharrak explicó que los trámites administrativos en Barcelona de todos ellos suponían un gasto de tres millones de euros cada año. "Muchas familias si debían irse a Barcelona para tramitar el pasaporte, tenían que cancelar sus vacaciones en Marruecos", detalló. De hecho, era lo más comentado entre los residentes. Youssef acudió al Casal porque tenía el pasaporte caducado. Le parece bien que el servicio se implante en Palma ya que así se ahorra 300 euros del viaje a Barcelona. Issam también tenía que renovar el pasaporte. Otro de los inconvenientes de ir a Barcelona, dijo Said Hassan, es que debían perder dos días de trabajo. "Es mucho mejor venir aquí, no gastas dinero y no pierdes trabajo", resumió. Elmokhtar Talbi se dirigió al Casal para sellar el libro de familia ya que acaba de ser padre de una hija. Ihssan apuntó que llevar a cabo el papeleo en Palma te quita muchos quebraderos de cabeza. "Si tienes que desplazarte a fuera, debes tener alguien con quien dejar los hijos", resaltó.

Houcine Aarab estaba en la cola porque quería legalizar los papeles de su madre. A pesar de estar contentos con el nuevo servicio, fueron muchos los que se quejaron de la ubicación. Una multitud de inmigrantes se apiñaba frente el número 48 de la transitada calle Eusebio Estada. Conductores y transeúntes sorteaban su paso. "Dejen paso", gritaba una señora con su carro de la compra. "La acera es demasiado estrecha para esperar", lamentaban los afectados. "No ha venido ni un policía para regular el tráfico", decía otro. Todos alertaban del peligro de los coches, que circulaban a escasos centímetros de los residentes a la espera de renovar su documentación.

Nunca llueve a gusto de todos. El presidente de la asociación Milia, Ahmida Mazouz, lamentó que "tres días no son suficientes". "Por lo menos tendrían que estar una semana. Quiero un consulado fijo en Palma", remarcó Mazouz quien criticó tener que esperar su turno en plena calle.