Uno de los efectos del cambio climático es la rápida transición entre las estaciones térmicas (fría y cálida) con una menor presencia de las temperaturas moderadas. La primavera y el otoño tienen los días contados. A punto de cerrar el mes de noviembre, el mercurio registra valores poco habituales en estas alturas del año. ¿Influye este buen tiempo en la flora de las islas? Influye pero, de momento, de manera positiva debido a las abundantes lluvias de septiembre. Hay más setas, los árboles frutales como los manzanos ya florecen y los agricultores han podido sembrar los cereales, las patatas de exportación y los forrajes. Eso sí, las lluvias y el frío no pueden demorarse mucho más.

Gracias a las altas temperaturas, los aficionados a la micología aún pueden encontrar en los bosques setas propias de los meses de otoño ya que se alarga la temporada de los esclata-sangs y las blaves. El prestigioso cocinero Toni Pinya, gran aficionado a la micología, asegura que las setas propias del invierno (fredolic o picornell pelut) se retrasan debido a la bonanza del tiempo. "No llegarán hasta principios de diciembre", señala aunque en las zonas húmedas donde no da el sol ya ha encontrado algún que otro fredolic. Lo ideal, dice, sería que con el mercurio en los valores altos lloviera una vez por semana. "Aparecerían setas por todos lados", destaca.

El profesor del departamento de Biología de la UIB, Xavier Gulias, explica que el buen tiempo afecta de manera positiva en la flora natural como pinos, encinas y matas debido a las persistentes y generosas lluvias de septiembre. El experto detalla que el problema surgiría en el caso de que a la cálida temperatura no le hubiera precedido un periodo lluvioso, es decir, que el terreno continuara seco.

Esta bonanza puede afectar, remarca el profesor del departamento de Producción Vegetal, a los cultivos. Árboles frutales como los almendros, los cerezos o los ciruelos pueden verse damnificados por la calidez del clima en estas alturas del año porque necesitan un periodo de frío para después florecer. Sin embargo, destaca el experto, es pronto para hacer tales previsiones ya que aún quedan por delante los meses de diciembre y enero.

Debido al cambio climático, las típicas cuatro estaciones llevan camino de convertirse en dos: invierno y verano. Eso influye en la floración de las plantas. Miguel Barea, de Magatzem Verd, señala que la desaparición de las estaciones implica que las "plantas florecen cuando no toca". Por ejemplo, árboles frutales como el almendro no esperan a la primavera sino que las primeras flores ya brotan en enero en vez de en primavera. Mucho más anticipado está el manzano. "Ya han sacado la flor", destaca. Por lo tanto, el buen tiempo de noviembre implicará que tengamos manzanas anticipadas. Otras plantas como el hibiscos, el jazmín o la buganvilia deberían haber perdido las hojas pero con las altas temperaturas aún mantienen la floración.

Sol para sembrar

El sol ha acompañado a los agricultores en sus labores de siembra. El presidente de Asaja-Balears, Biel Company, señala que el buen tiempo ha permitido sembrar los cereales, las patatas de exportación y los forrajes. Sin embargo, ya miran al cielo porque necesitan agua. Company especifica que los terrenos del Pla de Mallorca, donde la tierra es mejor, aguantarán pero los forrajes de zonas como Campos o Santanyí ya necesitan agua, "hace una semana que debería haber llovido". De todas maneras, las alarmas no se han encendido porque las predicciones indican que las precipitaciones harán acto de presencia. El director del centro meteorológico de Balears, Agustí Jansà, prevé lluvias para el jueves y el viernes.