La Serious Fraud Office del gobierno británico investiga una posible estafa de más de 22,3 millones de euros (alrededor de 20 millones de libras esterlinas) a ingleses afincados en la isla, además de otras personas de origen francés y estadounidenses.

Supuestamente, y según publica el diario The Sunday Times en su versión en internet, el británico John Hirst ha engañado a más de 150 personas utilizando lo que podríamos llamar el ´estilo Maddoff´. A todos los que le confiaban su dinero para invertir, Hirst les garantizaba unas ganancias del 20% como mínimo.

Crash bursátil

El sistema de inversiones que había montado Hirst funcionaba bastante bien, pero con el crash bursátil parece que comenzó a tener problemas y finalmente el pasado mes de agosto él y su mujer abandonaron la isla (y su casa de cinco habitaciones en Santa Ponsa) sin avisar. Corría el rumor de que se le había diagnosticado una leucemia.

Esta abrupta desaparición puso en alerta a los inversores. El pasado viernes se confirmaron sus temores cuando la Serious Fraud Office anunció que estaban investigando a la compañía de Hirst, Gihler Inc, empresa registrada en las islas Seychelles y en Chipre. La página de The Sunday Times presupone que Hirst ha vuelto al Reino Unido, pero aún no ha contactado con las autoridades (aunque sí ha contratado los servicios de Opus Law, una firma especializada en casos de fraudes).

Nacido en Yorkshire hace 58 años, Hirst llevaba más de siete viviendo en Mallorca y, según asegura la publicación on-line, era muy popular entre la comunidad inglesa residente por su carácter activo y abierto.

Hirst (Hirsty para los amigos) era una figura muy conocida en el Mallorca Cricket Club, situado en el municipio de Calvià. Este diario intentó contactar ayer con el secretario general de este club, Rob Hugues, pero este prefirió no hacer ningún comentario sobre el tema.

Supuestamente, el modo de proceder de este hombre fue muy similar al de Bernard Madoff, que defraudó miles de millones de euros y dejó a miles de inversores en la estacada. Hirtsy, a menor escala, utilizó un sistema similar, confiando en una suerte de ´proveedores´ o agentes informales, que le traían nuevos clientes.

Para sostener el engaño también jugaba una parte importante su apariencia de hombre de éxito, con un coche y una vivienda de lujo, así como sus habilidades sociales. La concejal de turismo de Calvià, Kate Menitk, declaraba a The Sunday Times que John Hirst "tenía un papel muy activo en la escena social, siempre en fiestas y cenas".

Plataforma de víctimas

Se calcula que unas 150 personas –en su mayoría ingleses, aunque también hay algunos franceses y estadounidenses afincados en las islas– han sido víctimas del engaño. Además de sofisticados inversores, también han sido estafadas muchas personas sencillas, jubilados en su mayoría, que confiaron a Hirst los ahorros de toda su vida y pueden haber quedado en la ruina al haber invertido entre 10.000 y 200.000 libras esterlinas (11.000 y 223.000 euros).

Las víctimas de la estafa están vinculadas en muchos casos al Cricket Club, al Rotary Club y a la English Speaking Resident Association, y han conformado una plataforma a la se han asociado unas 40 afectados, la mayoría de ellos personas de avanzada edad que disfrutan en la isla de su jubilación.