El rotativo británico recoge declaraciones de algunas de las víctimas de Hirst. Jan Fitzgerald, de 65 años, había invertido hasta 80.000 euros en los últimos siete años e indicó que está "desolada". El pasado viernes, cuando se anunció la investigación, pensó en suicidarse pero ahora ha decidido "luchar". Esta mujer sospecha que no queda nada de su dinero, pero asegura que "va a pelear por lo que quede".