La intensa jornada de contacto entre la dirección de UM y sus bases concluyó ayer como es habitual en el partido, con un cierre de filas en torno a la cúpula y en este caso concreto hacia su presidenta de honor, Maria Antònia Munar, tras su imputación judicial por el caso Can Domenge.

La tarde empezó con una reunión del staff y los alcaldes, continuó con una ejecutiva y finalizó pasadas las 22,30 horas con un consejo político. En su resumen, la portavoz de UM, Cati Julve, empezó diciendo que "faltaría a la verdad" si ocultara que los alcaldes y otros dirigentes de segundo nivel no habían manifestado "su preocupación por la judicialización" que en estos momentos vive la formación, con toda la llamada ´vieja guardia´ bajo sospecha judicial. Sin embargo, no hubo críticas según la versión oficial, ni nadie pidió públicamente cabezas. Todo lo contrario, "se ha expresado la confianza en la ejecutiva, y se le ha pedido que esta judicialización no menoscabe la gestión del partido", señaló Julve.

El presidente de UM, Miquel Àngel Flaquer, afirmó que se había hablado de la imputación de Munar, "pero no se ha decidido nada", dando por supuesto que ni se planteaba solicitar a la presidenta del Parlamento que renuncie al cargo. Todo lo contrario, se impuso la doctrina habitual en UM en estos casos: "Se ha acordado dar el apoyo, el máximo apoyo, a la gente imputada del partido", sentenció Flaquer, quien admitió: "Nos gustaría que fueran cerrándose" las causas judiciales. Sobre la petición de Esquerra Unida (EU) de que Munar y todos los imputados de UM dimitan, Flaquer instó a "no despistar al Ejecutivo" de su labor de gobierno en plena crisis económica, pues "todo lo demás son fuegos artificiales", replicó a EU.

El presidente relató que había explicado a los miembros del consejo político cómo se había tramitado la compraventa de Can Domenge –un solar del Consell de Mallorca por la mitad de su valor real de mercado–, para despejar cualquier duda de puertas para adentro, y añadió que "no se hizo nada mal hecho, el expediente fue impecable y administrativamente posible", apostilló. Flaquer informó también de que había lanzado "un mensaje de tranquilidad" a las bases. "La gente está preocupada por la situación que vive UM, pero al mismo tiempo ilusionada y confía en que ésta terminará normalizándose", apostilló Julve. La portavoz dijo que también se había explicado a las bases cómo se había cerrado el regreso del partido al gobierno del Consell, aseverando que "ha servido para que los socios –PSOE y Bloc– cerraran temas pendientes con una hoja de ruta y se fijaran fechas claves".

Cabe decir por último que Joan Monjo fue ratificado "por unanimidad" como secretario general.