Casi el 40% de las personas que han sido diagnosticadas como portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tenían un riesgo importante de padecer infecciones graves y desarrollar el sida mientras que en el 19% de las nuevas pruebas practicadas los afectados presentaban inmunodepresión aunque en menor grado. Por tanto, seis de cada diez pacientes diagnosticados recientemente serían susceptibles de recibir tratamiento antirretroviral en el momento del diagnóstico.

Estos datos, obtenidos de los registros de nuevos diagnósticos del VIH llevados a cabo por ocho comunidades autónomas entre las que se encuentra Balears, ponen de manifiesto la importancia de la detección precoz de esta enfermedad, como señaló el conseller de Salud, Vicenç Thomàs, en el transcurso de su visita al puesto de pruebas rápidas para la detección del VIH instalado ayer en la Plaza de España con motivo del día mundial de este tipo de pruebas.

El conseller, que visitó el puesto en el que se realizaban las pruebas del VIH acompañado por la directora general de Salud Pública, Margalida Buades, la regidora de Salud del ayuntamiento de Palma, Begoña Sánchez, y el presidente de la organización antisida ALAS, Joan Lluís Llull, destacó la importancia de realizarse estos análisis porque previene la propagación del virus y permite fijar más rápidamente tratamientos farmacológicos para los infectados y mejorar su calidad de vida.

Según los datos de las ocho comunidades autónomas que disponen de un registro de nuevos diagnósticos del VIH, la confirmación tardía de la presencia del virus es considerablemente mayor cuando la vía de infección ha sido mediante relaciones sexuales no protegidas entre personas heterosexuales (42,4%) que entre personas homosexuales y bisexuales (26,7%). De la misma manera, el número de diagnósticos tardíos aumenta considerable con la edad y llega al 62% entre las personas mayores de 55 años. Se calcula que en España un 30% de los infectados por VIH ignoran que lo están y el desconocimiento es más alto entre las personas contagiadas mediante relaciones sexuales heterosexuales.

La prueba rápida consiste en una punción digital similar a la de una glucemia diabética y permite saber rápidamente si la persona tiene anticuerpos contra el VIH. Un resultado positivo ha de ser confirmado por otra prueba convencional.