"Si los esposos sólo se ocupan de sí mismos, de alimentar egoístamente su amor, corren el peligro de que este amor se estanque. El primer deber de unos esposos es sobrenatural: es el de convertirse en padres, de engendrar hijos para Dios y para la Iglesia". Esta afirmación del sacerdote Jaume Mercant publicada en el Full Dominical del pasado día 4 ha provocado un ´incendio´ en el seno de la Iglesia mallorquina, hasta el punto de optar algunos párrocos por negarse a distribuir la citada publicación y acusar al Obispado de permitir la defensa desde un medio oficial de posturas que llegan al extremo de ser calificadas de "fundamentalistas", "ultramontanas" y "preconciliares".

Jaume Mercant, de la parroquia de Sant Bartomeu de Sóller, es sobradamente conocido por el resto de sacerdotes de Mallorca por defender posiciones que se ubican en el sector "más ultraconservador" y por la dureza de algunos de sus planteamientos. Pero su artículo Dos mots d´homilia del pasado domingo ha sido la gota que para muchos ha colmado el vaso.

El texto, según apuntan incluso párrocos que no se caracterizan por sus ideas liberales según reconocen ellos mismos, supone un ataque al Concilio Vaticano II, en el que se fijo que la función del citado sacramento es tanto el amor mutuo como la procreación. Según el escrito de Mercant, "la finalidad primera del matrimonio no es la de establecer una comunidad de amor. La doctrina de la Iglesia, como enseñan, por ejemplo, los Papas León XIII, Pío XI o Pío XII, es clara e inalterable: La principal finalidad del matrimonio es la procreación y la educación cristiana de los hijos". Según sus detractores, resulta significativa la referencia a tres Papas anteriores al Concilio Vaticano II convocado por Juan XXIII e iniciado en 1962, en el que se revisaron las posturas de la Iglesia para promover su modernización.

La reacción mayoritaria de los párrocos es la de considerar las afirmaciones de Jaume Mercant como alejadas de la realidad actual de las familias. "Este hombre no toca con los pies en el suelo", según apunta alguno de los consultados.

Pero la polémica generada está alcanzando al propio obispo de Mallorca, Jesús Murgui, del que se destaca su incapacidad para posicionarse ante una polémica y ejercer sus funciones de liderazgo, especialmente si se compara esa actitud con la de su antecesor en el cargo, Teodor Ubeda.

Debate sobre la solución

Aunque las críticas al artículo del pasado Full Dominical son muy numerosas, existe una evidente división entre la actitud que se debería haber adoptado en este tema. Mientras que algunos se declaran partidarios de no haber publicado el escrito de Mercant por considerarlo contrario a la doctrina del Concilio Vaticano II, otros advierten que se trata de opiniones legítimas que bajo ningún concepto debían de hacer sido censuradas, pese a no ser compartidas.

En cualquier caso, la solución que algunas fuentes achacan al Obispado, de dejar que cada parroquia optara por distribuir o no la citada publicación, tampoco parece haber satisfecho a nadie, ya que supone "una vez más dejar que otros decidan para no tener que mojarse".

Este debate también ha puesto en evidencia otro hecho. Frente a los que se han involucrado en la polémica, no son pocos los párrocos que también han admitido que no suelen leer el Full Dominical y que se limitan a ponerlo a disposición de sus feligreses, por lo que no habían conocido el contenido del artículo hasta que se enteraron de las tensiones que había generado.