La materia gris del Consolat de la Mar salta a escena con un papel protagonista en la segunda conselleria más dotada económicamente, la de Educación y Cultura. Bartomeu Llinàs Ferrà (Esporles, 1952) ejercía hasta ahora de secretario de Presidencia. Francesc Antich entiende que Llinàs puede desarrollar "de una forma más adecuada" las políticas de este departamento, sobre todo, las referidas al impulso de las obras en nuevos centros educativos, la eliminación de las aulas prefabricadas y la lucha contra el fracaso escolar.

El president confirmó ayer que Llinàs integraba en el año 2007 su lista de futuribles consellers, aunque finalmente rehusó adjudicarle una cartera concreta. La nueva tarea no le resultará extraña porque ha sido maestro de escuela, inspector de Educación, director del colegio público del Rafal Nou y, lo más importante, director provincial del ministerio de Educación y Ciencia entre los años 1995 y 1996. Esta experiencia le permite afrontar el puesto con, a priori, ciertas garantías.

Además, es un hombre de partido. Regidor del Ayuntamiento de Esporles en dos ocasiones, ha formado parte del Consejo Político del PSIB-PSOE y dirigió la oficina del candidato en las pasadas elecciones. Su salto a la política autonómica lo dio durante el anterior Pacto de Progreso, donde ocupó dos direcciones generales. El paso definitivo se ha producido en esta legislatura, al resultar elegido diputado en el Parlament de les Illes Balears y ahora conseller de relumbrón con mando en plaza.

¿En el mejor momento?

Accede a la conselleria de Educación y Cultura a los dos días de comenzar el curso escolar, un hecho que a todas luces parece un escollo más que una ventaja. Sin embargo, el president Francesc Antich trató ayer de dar la vuelta a la tortilla, al sostener que su predecesora le ha dejado el trabajo hecho: "El curso se ha preparado muy bien y los dos primeros días han resultado muy tranquilos".

Bartomeu Llinàs forma parte de las figuras de segunda fila del anterior Pacto de Progreso. Cuando Antich afrontó su reconquista del poder en 2007, se deshizo de varias ´vacas sagradas´ de aquel equipo que gobernó entre 1999 y 2003, como los ex consellers Celestí Alomar y Aina Salom, pero apostó por un grupo de actores secundarios, entre ellos, el actual conseller de Vivienda, Jaume Carbonero; la vicepresidenta del Parlament, Aina Rado; y el mismo Llinàs.