Un 14% de los alumnos de Secundaria ha sido intimidado a través de las nuevas tecnologías. Es decir, ha sido víctima de insultos, burlas, amenazas, suplantación de identidad, difusión de imágenes comprometidas o rumores, al menos una o dos veces a la semana mediante internet (páginas web, redes sociales, chat, MSN, correos electrónicos) o por el teléfono móvil.

Así se refleja en una exhaustiva encuesta realizada por los equipos de Educació i Ciutadania y el de Psicologia del Desenvolupament i l´Educació de la Universitat, financiada por el Plan Avanza del Gobierno y coordinado por el Illes Balears Innovació Tecnològica del Govern (IBIT). Jaume Sureda, uno de los investigadores que ha realizado este informe junto a Rubén Comas y Mercè Morey, precisa que ese porcentaje no representa a víctimas de ciberacoso en todo el sentido de la palabra, ya que que éste implica una intimidación con reiteración en el tiempo.

El avance del informe al que ha tenido acceso este diario dice que la cifra de víctimas de ciberacoso en nuestra comunidad es muy similar al de otras regiones. Se establece un paralelismo con Córdoba, donde el 3,8% de los alumnos de ESO señaló que había estado implicado en una situación de ciberacoso: un 1,7% como agresor, un 1,5% como víctima y un 0,6% en ambos roles. De todas formas, los autores precisan que el acoso escolar ´tradicional´ sigue siendo más habitual que el ciberacoso. Eso sí, ante este último, puntualizan, la indefensión es más grande.

Sureda, catedrático de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación, explica que el peligro de los menores antes las nuevas tecnologías no está tanto en los contenidos (pornográficos, violentos...), sino en cómo los jóvenes configuran sus relaciones en estos nuevos medios.

Así, en el informe figura que el sistema de mensajería instantánea MSN, el chat y las redes sociales como Facebook o Twenty (redes que utilizan siete de cada diez adolescentes de las islas) son los escenarios más frecuentes del ciberacoso.

Los autores entienden que los jóvenes valoran estos medios colectivos, porque tienen una audiencia, un público, y porque es más fácil mantener el anonimato y encontrar aliados que aplaudan sus insultos, burlas o amenazas.

Cuando se preguntó a los chicos si alguna vez habían acosado a través de las nuevas tecnologías en alguna de sus variantes, un 12,9% respondió que había insultado a través del MSN, pero de forma ocasional. Un 1,1% dijo que suplantaba la identidad de compañeros en el Messenger, por lo menos una vez a la semana.

En cuanto a un posible perfil de los ciberacosadores, el estudio concluye que son, en su mayoría, chicos. En la mayoría de los casos, los jóvenes que sacan peores notas llevan a cabo más actos de intimidación ocasional que los que obtienen mejores calificaciones.

En cuanto a la relación que tienen víctimas y acosadores, el 13,6% de los intimidados dijo que era compañero del agresor y que se llevaban bien. Un 21% indicó que habían sido amigos, y una cuarta parte señaló que no tenían ninguna relación. Entre un 20 y un 25% de los casos, la víctima no fue acosada por sólo una persona, sino por un grupo.