El departamento que gestiona la atención sanitaria y hospitalaria de Balears, Ibsalut, se encuentra en una situación financiera delicada. Tanto, como que adeuda unos 250 millones de euros a sus proveedores y no está en situación de satisfacer su déficit en breve, aunque el Govern ya autorizó pagos por más de 50 millones hace unos pocos días.

Huelga decir que los servicios sanitarios que provee el servicio balear de Salud no se encuentran amenazados; sin embargo, en la actualidad trata de negociar sus pagos en la medida de lo posible. Por descontado, "busca vías para encontrar un plan de saneamiento que le permita hacer frente a los compromisos adquiridos", según un responsable del departamento.

Responsabiliza el Ibsalut de esta situación a la gran cantidad de pagos que aplazó el equipo del PP mediante sistemas de financiación plurianual, que han empezado a amortizarse en esta legislatura. Pero la Administración reconoce además la necesidad de imponer un raciocinio en la "inercia"de los gastos corrientes, que habían ido subiendo "en una etapa pasada de bonanza económica". A todo ello se suma el conocido desajuste entre gasto real y presupuesto anual, causado por el encarecimiento constante de los servicios y –sobre todo– la farmacia en todo el mundo.

"Hemos de modificar comportamientos", reconoce el equipo actual. Sin embargo, entre los primeros reconocidamente afectados por tales recortes se encuentran los médicos, que –a petición de la Administración– este año han accedido a aplazar el aumento previsto para este año en sus horas extras hasta 2010, y entonces reducirán su cuantía a la mitad hasta negociar un nuevo incremento.

Más de cien millones

El Ibsalut reconoce que la cifra es elevada y que supone un fuerte incremento sobre la deuda dejada por el anterior equipo de gobierno, cifrada en un centenar y medio de millones, aunque se escuda en el pago de las deudas ya mencionadas y el valor de los nuevos medicamentos y servicios de diagnóstico para justificar el aumento del déficit.