Las tres instituciones impulsoras del velódromo durante la etapa de Jaume Matas –Govern, Consell y Ayuntamiento de Palma– pagaron a ciegas y sin rechistar el dinero requerido por los arquitectos.

Los dos profesionales encargados de sacar adelante el Palma Arena, Luis y Jaime García-Ruiz, no perdieron el tiempo en detallar la razón de sus elevados honorarios. Este diario ha accedido a una decena de notas libradas entre 2006 y 2007 cuyo importe conjunto se eleva a 8,3 millones de euros. El concepto siempre es el mismo: estipendio "a cuenta de la dirección técnica para la construcción del velódromo". Sin más.

Las facturas dirigidas al consorcio público encargado de costear la edificación del recinto deportivo son calcadas unas a otras. Tan sólo varía la cantidad total, que oscila entre 500.000 y 1.500.000 euros. Sin otro argumento que un folio donde aparecen la empresa de los profesionales (GR1-1 S.L), el cliente (Consorci per a la Construcció del Velòdrom) y media docena de palabras, los hermanos García-Ruiz ingresaron 1.400 millones de pesetas.

"Pese a la envergadura del proyecto, es una cifra que no se puede explicar", manifestó ayer un arquitecto consultado por este rotativo. Como apunte, basta decir que la dirección técnica de la obra del hospital de Son Espases cuesta nueve veces menos. A los responsables políticos del consorcio, entre ellos el actual portavoz del PP en Palma, Rafael Durán, les debió parecer un coste adecuado porque no formularon reparo alguno.

Buenos resultados

Luis y Jaime García-Ruiz sustituyeron a Ralph Shürmann al frente de las obras y consiguieron ejecutarlas pese a las enormes dudas de la constructora adjudicataria. FCC y Melchor Mascaró consideraban "imposible" edificar el velódromo a tiempo y con el presupuesto fijado. El proyecto cristalizó en el plazo previsto, aunque repleto de deficiencias y por el doble del dinero presupuestado.

A cambio, la empresa de los arquitectos multiplicó de manera exponencial sus ganancias. Las cuentas de GR1-1 S.L depositadas en el Registro Mercantil describen un incremento de su rentabilidad económica del 1.900% entre 2006 y 2007. Los beneficios antes de abonar intereses financieros e impuestos crecieron hasta un 1.500%.