El celador de carreteras del Consell de Mallorca Gabriel Mestre, uno de los principales imputados en la supuesta trama de corrupción investigada en el caso Peaje, reveló que un conocido empresario mallorquín le dio un sobre lleno de dinero como soborno, al parecer por la construcción de una nueva rotonda en la carretera de Palma a Manacor que le convenía a su negocio. La jueza de instrucción 5 de Palma empezará a tomar declaración en breve a los imputados y querellados en el caso Peaje, entre ellos el conseller de Carreteras del Consell de Mallorca, y vicepresidente de la institución por Unió Mallorquina (UM), Antoni Pascual Ribot.

Gabriel Mestre, defendido por Josep de Luis, explicó tras su detención por el grupo de Delitos Económicos de la Policía a mediados de marzo que un conocido industrial con negocios cerca de la reformada carretera de Palma a Manacor echó un día un sobre dentro de su coche, que estaba aparcado en un punto de la citada vía, con las ventanillas abiertas.

El funcionario del Consell asegura que, inicialmente, se quedó con el sobre, pero cuando posteriormente vio que contenía un montón de billetes se asustó. Mestre añadió que contó lo del intento de soborno a sus jefes: el ingeniero Francisco Orejudo y el director general de Carreteras, Gonzalo Aguiar, ambos también imputados en el sumario.

Siempre según la versión del celador, sus superiores le dijeron que devolviera el dinero al empresario, cosa que hizo.

Los investigadores de la fiscalía anticorrupción y de la Policía sospechan que algunos empresarios con intereses en los dos márgenes de la desdoblada carretera de Palma a Manacor pudieron pagar sobornos para conseguir que la unión temporal de empresas Desdoblamiento C-75 les diera un trato de favor. La fiscalía presume que se produjeron sospechosas relaciones entre estos empresarios, los responsables de controlar las obras por parte del Consell de Mallorca y la UTE.

Mestre fue interrogado así sobre el motivo del industrial para darle un sobre lleno de dinero como soborno y si esa dádiva era una contraprestración por una rotonda. El celador respondió que en el proyecto inicial figuraba una rotonda en la entrada de Vilafranca, pero después, y tras estimar las alegaciones efectuadas desde el Ayuntamiento, se cambió su ubicación a la salida, en dirección Sant Joan.

Los investigadores piensan que al menos otro empresario muy conocido en toda Mallorca pagó unos 40.000 euros a la UTE, que le habilitó una gran explanada junto a su negocio. Mestre ha reconocido que llevó un sobre con dinero de otro industrial a los responsables de la UTE.