La teoría del remate gana adeptos a toro pasado

La ex alcaldesa de Llubí y gerente de Abaqua, Margalida Miquel, se quedó sola el viernes en la ejecutiva de UM al defender una votación para aprobar sin más dilaciones que Miquel Nadal dimitiera en ese mismo acto "por el bien del partido", consciente de que un congreso dentro de dos meses es tiempo de sobras para que el presidente se recupere de la estocada. "Miquel tenía razón, fue un fallo no rematarle ese día", ya se cansan de repetir los críticos de Nadal. "A buenas horas", sentenciaba ayer un amigo de la llubinera.

Dichoso artículo 42.1

Nunca antes como la semana pasada tantos miembros de UM se habían leído los estatutos del partido. Una sola palabra en el artículo 42.1 (la remarcamos en cursiva) –"en caso de muerte, cese o dimisión del presidente (...)"– fue la que dio alas a los ´golpistas´, quienes en una amplia interpretación entendieron que la ejecutiva es el órgano que puede forzar la marcha del líder. Por contra, los nadalistas defienden que este artículo por sí solo no basta. Un miembro de UM alineado con los rebeldes hace otro análisis:?"¿No será que unos y otros han confundido ´cesar´ con ´destituir´?".

Julve se hace querer

Recién llegada de Argentina, las miradas de los dos bandos en UM se ciñen sobre la manacorina Catalina Julve. La portavoz del partido controla la segunda agrupación en número de afiliados, después de Palma, con lo que sus compromisarios serán claves en la elección del nuevo presidente. Ni los de Nadal ni los de Grimalt saben todavía a ciencia cierta de qué lado se decantará la hábil política.

Atento Nadal

Entretanto, ayer Miquel Nadal dejó boquiabiertos a los periodistas, al despedirse de ellos amablemente en un acto en Palma, y no tratarles con su habitual tono burlesco. Se ve que algún asesor tomó nota de su salida de los juzgados.