Como en una partida de estrategia, el conseller Vicenç Thomàs mueve ficha en el mapa sanitario de Mallorca.

-El hospital de Son Dureta está colapsado y con la reorganización anunciada, le adjudican 40.000 personas más.

-Son Dureta no está colapsado, sino que tiene un nivel de ocupación muy alto. Nos encontramos a finales de enero, una época dífícil por las gripe y las infecciones respiratorias. Se trata de una situación puntual. La población que tiene asignada es menor a raíz de la apertura del hospital de Inca, pero con una diferencia, mantiene el mismo número de profesionales o incluso los ha aumentado en determinadas áreas. Este hecho nos indica que debemos adecuarnos a las nuevas circunstancias y mejorar la gestión. Son Dureta tiene capacidad para atender a más gente.

-No da la sensación de que vaya holgado.

-En Son Dureta hay personas ingresadas durante un mes y medio que no necesitan estar en un centro con semejante tecnología. Por ejemplo, una persona anciana con una fractura de cadera ocupa una cama que podría ser utilizada durante todo ese tiempo por cinco personas con problemas más agudos. Esta anciana requiere otro dispositivo social y la solución llegará con la entrada en funcionamiento de un hospital de día geriátrico, en el hospital General.

-¿Cómo pueden asignar más volumen de trabajo a Son Dureta si cuenta con camas ´x´ [tres y hasta cuatro lechos en una habitación doble]?

-Se trata de una situación excepcional. Hace quince días no ocurría y espero que dentro de dos semanas ya no suceda.

-Los habitantes de la zona de es Raiguer volverán a recibir atención hospitalaria en Palma en vez de en Inca. ¿Es un paso atrás?

-Es una decisión encaminada a mejorar la calidad asistencial. De todos modos, hay que recordar que esta población ya recibía atención en Son Llàtzer hace dos años y todavía hay un porcentaje que nunca dejó de ir a este hospital. Por ejemplo, en 2008, dos terceras partes no han acudido a Inca cuando han precisado urgencias, ingresos o intervenciones.

-¿Esto quiere decir que el hospital de Inca nació pequeño?

-Lleva 18 meses en marcha. Aún está creciendo y si queremos que siga avanzando hay que rebajar el número de personas que atiende. El gasto real en 2008 es mayor al presupuestado y se ha incrementado su número de médicos en 36 y el de enfermeras en 52. Se ha pasado de 1.200 intervenciones quirúrgicas a 4.000. Pensamos que con la nueva asignación de población, la camisa le va más suelta.

-¿Hubiera concebido una instalación distinta en Inca a la que diseñó su antecesora del PP Aina Castillo?

-Se abrió de forma precipitada y hemos tenido que solventar problemas en los últimos dos años. Ahora hemos entrado en una fase asistencial mejor.

-Al final, ¿cómo quedará el mapa asistencial de Mallorca?

-En esta primera fase los habitantes de Alaró, Binissalem, Consell y Sencelles tendrán a Son Llàtzer como hospital de referencia, al igual que los de Campos y Ses Salines porque Manacor necesita perder población. Los de Sóller, Fornalutx y Deià serán reasignados a Son Dureta. Además, posiblemente los vecinos de Pere Garau pasarán de Son Llàtzer a Son Dureta. De este modo, el primero queda equilibrado y el segundo gana 40.000 personas. Este cambio se desarrollará de manera paulatina hasta principios del año que viene. Si el paciente está en un proceso abierto, podrá seguir con el mismo especialista sea cual sea el centro al que le hayan destinado.

-¿La remodelación del proyecto inicial de Son Espases rebaja el número de camas?

-No, al contrario, se ganan 30 o 40 más.

-¿Cuánto tiempo ha retrasado las obras el último hallazgo arqueológico en Son Espases?

-Nada. Se ha dividido el solar en sectores donde los arqueólogos hacían sus prospecciones. De este modo, nos liberaban unas zonas mientras ocupaban otras. El descubrimiento corresponde al último sector ubicado entre el edificio industrial y el principal.

-¿Se cumplirán los plazos y la inauguración se producirá en la actual legislatura?

-Estamos dentro del cronograma previsto y a principios de otoño de 2010 se recepcionará la obra.

-Permítame una maldad. ¿Habría enterrado aquellos restos bajo hormigón si hubiera podido?

-La duda ofende. Tengo que reconocer que cuando me lo dijeron, me preocupó, y mucho.

-En 2008 ha aumentado el número de personas en lista de espera, lo mismo que usted le reprochaba a su antecesora del PP Aina Castillo.

-Somos transparentes. Los problemas son reales. Nos encontramos ante un proceso dinámico. Hay épocas del año en que la lista disminuye porque hay más días hábiles. En cualquier caso, la situación en lo referente al número de días de espera para una intervención quirúrgica es mejor que en la etapa de Castillo. Cabe recordar que Balears ahora acoge a más población que hace cuatro años y hemos incrementado las actividades quirúrgicas en 4.000 con respecto a 2007.

-¿Crece la lista de espera porque se desvían menos pacientes a las clínicas privadas?

-Sólo se han reducido las derivaciones un 2%. Y es así porque el sistema público ha tenido más recursos en 2008 que en 2007.

-Que un médico de cabecera dedique diez minutos al paciente, ¿es una quimera?

-En los últimos 18 meses hemos incorporado a 332 profesionales, 132 en atención primaria y el resto en hospitales. Con esta decisión los médicos tendrán menos presión de tarjetas sanitarias asignadas, que se han reducido una media del 9% por facultativo.

-Los sindicatos se quejan de que han rebajado la contratación de personal temporal.

-No se puede olvidar que estamos ante una situación económica determinada y el sistema de salud debe racionalizar los recursos.

-En el año 1985 los periódicos de Mallorca anunciaban la Facultad de Medicina en un plazo de dos años. Han pasado ya dos décadas de aquello.

-Es un tema que se ha ido reabriendo periódicamente pero ahora se han dado unos pasos más importantes que en 1985. Si las cosas se hacen como toca, lo deseable es que sea para el curso 2010-2011.

-¿Por qué Balears no financia vacunas infantiles como la prevenar contra el neumococo?

-Balears financia las mismas vacunas de niños que la mayoría de autonomías. No se ponen las que no alcanzan una unanimidad de criterio científico que aconseje introducirlas en el calendario oficial de vacunación infantil de España.